miércoles, 27 de diciembre de 2023

Señor ¿Porqué no estás haciendo nada?

 ¿Son tan puros tus ojos que no puedes ver el mal; no te es posible contemplar el sufrimiento? ¿Por qué entonces toleras a los traidores? ¿Por qué guardas silencio mientras los impíos se tragan a los justos? Le preguntó Habacuc al Señor en el capítulo 1 versículos 13 y 14.

El profeta Habacuc era un hombre con un corazón tierno, sensible, que detestaba ver como la ilegalidad se generalizaba impunemente. Le desagradaba profundamente ver a la gente inocente que era amenazada, explotada, ignorada y destruida. Y al dirigirse a Dios se preguntaba: ¿Por qué no estás haciendo nada para evitar esta situación tan injusta?

Esa misma interrogante profirió el autor del Salmo 73, versículos 2 y 3, al decir: "En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies, ¡por poco resbalaron mis pasos!, porque tuve envidia de los arrogantes, viendo la prosperidad de los impíos". Este hecho estuvo a punto de apartarle de su fe, ¿por qué no estaba Dios haciendo nada al respecto?

Así como Habacuc y el salmista, en ocasiones, aun sin increparlo de frente por temor, muy en el fondo de nuestros corazones, está esa pregunta que le hizo Habacuc al Señor ¿Por qué habrá tanta injusticia si existe Dios? Palabras más, palabras menos.

El Señor respondió a la pregunta de Habacuc con una corta y contundente frase: "El justo por su fe vivirá" (Habacuc 2 - 4).  El siempre nos responde como lo hizo con Habacuc, que confiemos en él y sigamos sus preceptos.

Pero la respuesta del Señor solamente aumentó la confusión del profeta sin darse cuenta de que su fe, se estaba poniendo a prueba.

¿Piensas que no estoy haciendo nada? Le dice el Señor más adelante, "Yo no estoy contemplando al mundo desde una perspectiva lejana. Estoy muy implicado en lo que está ocurriendo", le responde. Dios está actuando de una forma soberana en el universo. Él está haciendo algo en todo momento. Y continuó diciendo en el "Porque haré una obra en vuestros días, que, aun cuando les contara, no la creerían". Dios le estaba diciendo al profeta que cuando le dijera lo que estaba llevando a cabo, le iba a resultar difícil creerlo. Termina el capítulo con las alabanzas de Habacuc al Señor.

Así, esas mismas preguntas que tienes en tu corazón, serán respondidas en su tiempo. Dios sí, está haciendo algo en tu vida, sí, sí, está mirando todo eso que te afecta a diario y muchas veces te hace dudar de él, increparlo y hasta envenenar tu corazón por esta causa, amargarlo y responder con ira, insensatez y soberbia. Te invito a creerle al Señor, te asombrará porque hará en ti también una obra en tus días que, aun cuando te lo contara, no le creerías.

Habacuc 1 versículo 5 “Mirad entre las naciones, y ved, y asombraos; porque haré una obra en vuestros días, que aun cuando se os contare, no la creeréis”.

 

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