domingo, 16 de abril de 2023

Capítulo 9. Marta Doña Florinda y Yo.

 "Mi mamá se parece a Doña Florinda" esta frase la pronunció mi hijo Juan, un día que fue a visitarme y yo estaba tendiendo una ropa que acababa de lavar; Doña Florinda es ese personaje de la vecindad del Chavo, que nunca tiene tiempo de quitarse los rollos de la cabeza por que siempre está tendiendo ropa, ocupada en los quehaceres de su casa y consintiendo a su hijo "kiko".

     Cuando mi hijo me dijo así, he de reconocer que me molestó un poco y hasta pensé -como no me voy a parecer a Doña Florinda, si es que aquí más nadie hace nada, sino yo-

En fin, pasó el tiempo y cada vez que estaba guindando ropa o limpiando, la frase venía a mi memoria "mi mamá se parece a Doña Florinda" y no fue sino al tiempo que entendí, por qué esta frase retumbo tanto en mi cabeza y por qué también, al principio me molestó.

Mientras hacía mis oficios conversaba con Dios , interrumpiendo de vez en cuando, para atender el timbre, o el celular, sin concentración,  le decía que tenía tiempo sin saber de él, que lo sentía lejos, que ya no me hablaba como antes, que hasta me estaba sintiendo vacía, que sentía que mis días pasaban uno detrás del otro atropellados, sin "pena ni gloria" como decía mi mamá, y escuché otra vez la frase: "Como no te vas a sentir así si te la pasas como Doña Florinda" yo no me he alejado de ti, tu eres quien se aleja, estas todo el día, de arriba para abajo, limpiando, lavando, cocinando, tendiendo ropa, atendiendo a tus hijos, nietos y no es que esto sea malo, lo malo es que te ocupe todo el día, por qué no delegas en el resto de la familia, a cada uno sus ocupaciones, quieres hacerlo todo tu sola, ¿ te acuerdas de Marta?"

     Lc 10:38-41: «Aconteció que, yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.»

Estas dos mujeres, ambas verdaderas discípulas del Señor, eran hermanas de Lázaro, amaban a Jesús y Él las amaba entrañablemente. A lo largo de los evangelios se pueden ver experimentando importantes vivencias con el Señor.

     No es que Marta haya sido menos espiritual que María. Tampoco es que aquélla haya estado indiferente a la Ilustre Visita ¡No! Pues, lo doméstico a lo que Marta se estaba dedicando era para atender a Jesús, así le estaba sirviendo en esa ocasión, esa era su ofrenda. Sus talentos estaban siendo puestos al servicio de Cristo.

     ¿Qué habrías hecho en esa situación, al ver a Jesús cansado y con hambre? Cada uno sirve al Señor con los propios recursos, recursos con los cuales Dios mismo nos dotó.

     Esto estaba bien, pero se afanó y en ello se excedió, otorgándole demasiado tiempo y fuerzas a su plan, tanto que al final amargó su corazón, pues se dedicó más a su ofrenda que a aquel a quien iba a ser entregada. Jesús sí valoró el trabajo y el amor de Marta, demostrados en su esfuerzo por atenderlo y satisfacer las necesidades del Maestro; pero todo tiene un límite.

     Me senté a reflexionar , estoy tan ocupada con los quehaceres de la casa, que ni siquiera estoy dejando tiempo para hablar más seguido con Dios, me parezco a Marta por querer agradar a Dios siendo ordenada y atendiendo mi hogar, me estoy excediendo y al final del día cuando ya no tengo nada que hacer y deseo conversar con él, me quedo dormida en medio de mi oración, , estoy ocupando mi tiempo en cosas que como bien le dijo a Marta Jesús: no me van a dejar nada, y no es mentira, yo limpio hoy y ya mañana hay que limpiar otra vez , lavo la ropa hoy y ya mañana tengo ropa sucia de nuevo, ¿Qué me queda de todo esto? absolutamente nada, o si, desgaste físico y hasta espiritual, el andar como una maquinita todo el día me deja en desolación, pues paso poco tiempo a solas con Dios, mi primer amor, lo único necesario, la buena parte y la que nunca me será quitada, ahora entendí lo que Dios me quería decir utilizando a mi hijo con su “chistecito” que al final resultó ser todo un mensaje. “mi mamá se la pasa como Doña Florinda", y no es que no deba hacerlo, es que debo distribuir mejor mi tiempo y mis tareas, y no excederme y dedicar todas las horas del día a lo que no me va a dejar nada. Ese día no le presté suficiente atención a su visita por andar de afanada.

     Luego de esta reflexión , conversé de nuevo con Dios, solté la escoba, la mopa de sacudir el polvo y me senté, cerré los ojos, le pedí perdón, le di las gracias por hacerme reflexionar y así hablé largo rato con él, luego tomé mi Biblia y está me llevó a Apocalipsis, pensé     - ya esto de las iglesias lo leí- y escuché como me decía vuelve a leerlo, que esta vez el mensaje es distinto, y así fue, acerca de las Iglesias y de la primera de las iglesias, el mensaje me impactó: “tengo en tu contra que has abandonado tu primer amor. ¡Recuerda de dónde has caído! Arrepiéntete y vuelve a practicar las obras que hacías al principio”. 

Entendí que en estos mensajes a las siete iglesias está resumido lo que el Señor espera de nosotros, somos esas siete iglesias, el Señor reconoce lo que hacemos, pero nos exhorta a completar y no abandonar su obra, es como un último aviso "Dichoso el que lee y dichosos los que escuchan las palabras de este mensaje profético y hacen caso de lo que aquí está escrito, porque el tiempo de su cumplimiento está cerca." Apocalipsis 1-3. y yo perdiendo mi tiempo en excesos, como Marta.


Capitulo 8. Un silbo apacible y delicado. ¿ Qué haces aquí Elías?

 


   Y Tal y como le ocurrió a Elías, me ocurrió a mí una mañana, El Señor me preguntó ¿Qué haces aquí Maribel? Lo hizo a través de una amiga, Tere, esa mañana me levanté con Tere en el pensamiento, y si es verdad que es una amiga y que nos seguimos en nuestros respectivos blogs, no nos conocemos en persona, ¿por qué tendría yo que levantarme pensando en Tere? La respuesta: Dios quería comunicarme algo y lo hizo a través de ella… “Un silbo apacible y delicado”, y lo hizo con esta palabra que ella compartió en su blog, con su testimonio entendí lo que Dios le dice a Elías en 1 Reyes capítulo 19.

…” El Señor le ordenó: —Sal y preséntate ante mí en la montaña, porque estoy a punto de pasar por allí. Como heraldo del Señor vino un viento recio, tan violento que partió las montañas e hicieron añicos las rocas; pero el Señor no estaba en el viento. Al viento lo siguió un terremoto, pero el Señor tampoco estaba en el terremoto. Tras el terremoto vino un fuego, pero el Señor tampoco estaba en el fuego. Y después del fuego vino un suave murmullo. Cuando Elías lo oyó, se cubrió el rostro con el manto y, saliendo, se puso a la entrada de la cueva. Entonces oyó una voz que le dijo: — ¿Qué haces aquí, Elías? …”

     El Señor me hizo ver a través de este pasaje Bíblico que encabezó el testimonio de Tere, que tras el fuego viene un silbo apacible y cuando lo oyó Elías se cubrió con su manto y salió y se puso a la puerta de la cueva, y he aquí que vino una voz y le dijo ¿Qué haces aquí Elías? Nada mejor que poder oír el silbo apacible del Espíritu Santo de Dios hablando a nuestras vidas.

     Elías estaba escondido en una cueva porque él se había enterado que Jezabel le buscaba para matarle, así como Elías había hecho con los profetas de Baal , a los cuales degolló, por esta causa Elías corrió a esconderse en una cueva, y solo se puso de pie y salió a la puerta de la cueva cuando oyó el silbo apacible y delicado, el entendió que era la presencia de Dios que le hablaba y le decía ¿qué haces aquí Elías?, ¿porque estas escondido?, yo no te he llamado a que vivas refugiado en una cueva, yo te he llamado a caminar de poder en poder, de Victoria en Victoria.

     El enemigo muchas veces nos hará creer como a Elías, que no hay otra salida más que escondernos, pero el señor le habla de manera delicada a Elías, y le dice levántate Elías y ve donde yo te enviaré, sal de la cueva en la que estas Elías, ya no estés perdiendo el tiempo, Dios quiere hacer algo grande con tu vida y necesita que salgas de esa cueva que te pongas de pie, que oigas el silbo apacible que te está hablando que está tratando contigo, cuando Dios trato con Elías y cuando Elías se levantó Dios obró de manera poderosa. El Señor lo envió de regreso por donde vino, ¿Pero de dónde venía Elías? venía de Victoria en Victoria, le salió al paso Jezabel y Elías se asustó, olvidando todo lo que había conquistado de la mano del Señor, olvidando su gran poder obrando en él.

     Así que Dios nos hace la misma pregunta. “¿Qué estás haciendo aquí, Maribel? Yo al igual que Tere me volví temerosa, negativa y no vi más allá de mi enfermedad. Y ahora puedo ver al punto al que Dios quiere llegar: “Elías, si tú creíste que yo era poderoso, si tú creíste que yo tenía la situación en control, ¿estarías aquí? ¡No! Elías, te has olvidado quién soy yo.”

     Es en Dios en quien debemos confiar, él tiene la situación bajo control, no tenemos por qué escondernos en nuestros temores, es El quien nos da la fuerza.

     En Filipenses 2:13 Pablo dice, “porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.” Si este poderoso Dios está realmente vivo y obrando entre nosotros, entonces la sanación, el cambio y el crecimiento son posibles. Si nos resignamos a la derrota, entonces caeremos en una visión limitada de Dios y vamos a terminar escondidos, temerosos como Elías y lo peor, olvidando el gran poder de Dios.

     Para corregir esto, Dios condujo a Elías de vuelta a la verdad de su poder. Lo envió por donde venía, y venía de ganar no de perder, venía de defender al Señor, confiado, seguro, poderoso. 

El Señor quiso esa mañana comunicarme con “Un silbo apacible y delicado” que está vivo, que me ama, y que está obrando en mí, que salga de esa cueva en la que estoy escondida, que continúe creyendo, confiando y esperando, y lo hizo a través de su Santo Espíritu con este su testimonio.




Capítulo 7. Tienes lo que tienes que tener

"Vestíos pues... de humildad, de mansedumbre, de paciencia..." (Colosenses 3.12).

     Parece un trabalenguas el título pero no lo es,  escuchaba a Fray Miguel, como en otras oportunidades, en la que dejó en mí una semillita cuando dijo" -Dios nos da las características necesarias para que podamos cumplir nuestra misión- Continuó- a mí me dio una buena voz para cantar, pero, no me dio la voz de Andrea Bocelli, porque Dios sabía que si me la daba, no iba a ser sacerdote, no iba a estar aquí con ustedes-

     Ahí entendí porque yo no era como Mimi Lazo la actriz a la que tanto admiro, ni me casé con mi artista favorito Richard Gere, ni escribo como como Isabel Allende, ni tengo el dinero que tiene Carolina Herrera, ni terminé mis estudios de Contaduría, es más ahora entiendo por qué tengo más de un año sin trabajo, Dios está formando mi carácter, me está revistiendo de las características que necesito para cumplir mi misión.

     Viene a mi mente Jeremías el "profeta llorón" recuerdan esa frase "Señor, pero soy muy joven" Un día, Jeremías escuchaba una voz, la Palabra de Dios llegaba a él. El buen Dios le estaba hablando, lo estaba llamando…. "Antes de formarte en el vientre materno, yo te conocía; antes de que salieras del seno de tu madre, yo ya te había consagrado, te había constituido profeta para las naciones". Esas eran las palabras de Dios, un claro llamado y una clara declaración de amor. Pero él ante tal proclamación del Señor, respondió.

     "¡Ah, Señor! Mira que no sé hablar, porque soy demasiado joven". ¡Esa fue la respuesta de aquel Joven! Era una excusa que el daba, que muchos damos.

     Pero Dios respondiendo de inmediato a aquella respuesta (excusa) le dijo. “No digas: ‘Soy demasiado joven’, porque tú irás adonde yo te envíe y dirás todo lo que yo te ordene” No temas delante de ellos, porque yo estoy contigo para librarte y tocando la boca de Jeremías le dijo: “Yo pongo mis palabras en tu boca”.

             De ahí aprendí, que cuando quiero decir algo contundente, antes repito “Señor pon las palabras en mi boca, que no sea yo, sino tú, quién hable por mi”

     Desde ese momento, Jeremías comenzó a predicar la palabra de Dios en toda Jerusalén y sus alrededores, el llamado fue claro y aunque muchos (casi todos) rechazaban sus palabras, Jeremías se llegó a convertir en uno de los grandes profetas del pueblo de Dios.

     Yo creo que Dios ya se encontraba esperando aquella respuesta que Jeremías le dio, a Dios nada le sorprende, el todo lo sabe, él nos creó y nos conoce. Pero la respuesta de Dios es clara: “No digas que eres muy joven”. Y esto es lo que Dios nos dice a nosotros, Dios no nos llama, ¿a qué? ¿A calentar sillas en la Iglesia, en el ministerio, en la asamblea, a amarrar nuestro bote en puerto seguro, a encerrarnos? No, Dios nos llama para darnos “Una Misión”." No digas que eres muy joven" otra excusa sería "tengo muy poco tiempo”

     Y es que es solo siguiendo su perfecta voluntad que nos puede mostrar cual es nuestra misión, cuando sigues el camino de Jesús, y estas haciendo su voluntad, él te muestra cuál es y comienzas a sentirla.

     Dios nos ha llamado, con la familia que tenemos, con la vida que tenemos, con la clase social a la que pertenecemos, con lo que estudiamos, con tu edad y con la mía, con lo que somos, te ha llamado por tu nombre de pila, ya que el “Desde el vientre de tu madre te aparto” para que en el entorno en el cual vivimos, ahí llevemos a cabo la misión que él nos da.

     Y hasta con las personas que te han hecho daño o se han aprovechado alguna vez de ti.

     Mírate, pronuncia tu nombre, observa tu entorno, tu familia, tu hogar, tu trabajo, tu desempleo, tu matrimonio, tu divorcio, tu vida, tus aptitudes, tus capacidades, y hasta tu inercia, todo obedece a un plan , se está formando tu carácter, el necesario para que puedas llevar a cabo tu misión, así que acepta lo que eres , donde estás, y todo lo que te rodea, lo que tienes, porque lo que no tienes y lo que no eres o llegaste a ser es porque no era necesario para tí, no te falta nada en la vida, no careces de nada, tienes lo propio para poder cumplirla. Tienes lo que tienes que tener.


Capítulo 6. Dios no tiene humor negro. Su voluntad es perfecta.

   


     Fui a la misa de Fray Miguel, en la ciudad donde vivía, la Victoria-Venezuela, es una iglesia  atípica, no hay imágenes y el mensaje es totalmente bíblico, sin agregar ni quitar nada. Transcurrió la misa como siempre nutritiva espiritualmente, ni siquiera como siempre, porque cada día añadía más a nuestros espíritus, Fray Miguel tiene una conexión divina con Dios.

     Es el hecho que, al momento de preparar la comunión y mientras lo hacía, se escuchaba una voz que cantaba a capella, le cantaba a Dios por supuesto, una voz celestial, profunda, melodiosa, una voz que llegaba al alma, perfectamente afinada como la mejor de las sopranos.

     Las letras, aunque no las recuerdo, no olvido los motivos de las mismas, mis lágrimas afloraban escuchándolas. Todas, absolutamente todas, reconocían la grandeza, la gloria del señor, aceptaban su voluntad, daban gracias por las bendiciones y mostraban una adoración infinita, letra y voz unidas en el canto más sublime que he escuchado en mi vida.

     Comencé a buscar entre la gente de donde salía aquella voz celestial, quería ponerle un rostro, quise ver quien le cantaba a Dios con esa adoración, con esa gratitud, con ese amor, no la encontraba, yo estaba casi de última, pero, logré verla cuando levantó los brazos alabando al Señor en una de las canciones, he de hacer notar que mi hija Ada y yo, estábamos en las mismas, intercambiábamos miradas, con cada letra, con cada tono de voz, las dos  buscando entre la gente a esa mujer, nuestra sorpresa; la mujer que cantaba, era conocida por nosotras, si antes nos había conmovido, al verla,  no pudimos contener las lágrimas, lo insólito es que conocemos su historia, y sin dar detalles, el sufrimientos está instalado hace rato en su vida, y el ver que, lejos de increpar a Dios, o no aceptar su voluntad o simplemente no cantarle, esta mujer daba gracias al señor con su canto, lo alababa, lo adoraba con sus canciones.

     Quedé tan reconfortada, al salir de ahí, mi hija Ada me dijo: - Mamá, ya sé de dónde saca la mamá de Elba tanta fortaleza-. Quedamos gratamente impresionadas, y agradecidas a Dios que nos permitiera contemplar y participar de ese instante sublime.

     Reflexioné luego acerca de una conversación que tuve, con una persona que al igual que yo y que muchos solo tenemos bendiciones, o no tenemos al menos el sufrimiento de la primera, acerca de cómo increpamos en ocasiones a Dios y no puedo dejar de sentir dolor al ver lo ingratos que somos a veces, me duele que un pequeño detalle de nuestras vidas aun no resuelto , haga que lo increpemos y dudemos hasta de la veracidad de sus palabras; el que nuestros sueños no se den en el tiempo de nosotros, el que no sepamos interpretar la palabra de Dios, el que sucedan cosas que no entendemos, no es motivo para dudar de sus intenciones, Dios no tiene humor negro, 

     Dios sabe qué necesita cada uno de sus hijos, y sabe también cuando dárselo, debemos ser humildes y esperar en él, su santa voluntad que seguro es mejor , la nuestra se podría quedar corta cuando le pedimos, la de Dios es perfecta, buena y justa.

     Dios tiene maravillas para nosotros, pero debemos estar preparados para recibirlas, tal vez por eso aún no nos llegan las cosas que queremos, quien sabe. Solo nos pertenece lo revelado, del resto solo hacemos conjeturas, es nuestra percepción la que interpreta todo y hace estos juicios de Dios.

     Dios nos ama y nos quiere ver felices y le duele nuestro sufrimiento más que a cualquiera, él es nuestro padre, como no le iba a doler, pero al igual que el padre no le da al hijo el auto para que lo maneje hasta tanto no complete ciertos requisitos como: la edad, los permisos, el saber manejar bien sin que corra peligro ni él, ni el resto, así Dios nos da lo que necesitamos en su tiempo y según su voluntad solo cuando estamos preparados, ese es el único motivo por el cual aún no nos ha llegado, eso que le pedimos.

     Ni mucho menos cumplirá cualquier capricho nuestro, él tiene unos requisitos que nuestra petición tiene que cumplir para que sea aceptada. Santiago 4:3 “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites”.

     Pero de lo que si debemos estar seguro y no dudar ni un momento es que su voluntad es PERFECTA, BUENA Y JUSTA, que Él no se equivoca y jamás nos quedará mal. Pero eso solo se logra no midiendo a Dios desde una perspectiva humana, sino activando lo que la Biblia llama fe, la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve, lo que ahora nos parece incomprensible, dentro de un tiempo va a ser tan claro que jamás volveremos a dudar de su Perfecta Voluntad.

     Y es que Dios es un excelente Padre y por esa razón muchas veces no nos puede dar todo lo que pedimos, no porque no tenga el poder para dárnoslo sino, porque tenemos que aprender a esperar, a ganarnos ciertas cosas y sobre todo a confiar en su respuesta, sea cuando sea.









Capítulo 5. Mi nueva relación con Dios

Juan 4: 24 Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad.

«Yo Soy el Señor, tu Dios. No tendrás otros dioses aparte de Mí. No te harás ninguna imagen ni ninguna semejanza de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra». (éxodo 20)

     Yo solía coleccionar vírgenes de todas partes y diferentes materiales, y aunque había leído la biblia, nunca había leído ese versículo, sencillamente porque en mi biblia no aparecía. Un día mi hija Carolina que lo entendió primero que yo, y a quién le debo también mis inicios en el camino de la espiritualidad, me conmino a no tener imágenes, recuerdo que le contesté que era solo una colección, que yo no les oraba ni me arrodillaba ante ellas, pero en ese entonces no me atrevía a deshacerme de ellas, me parecía que estaba siendo desleal con la virgen. Ella lo intentó muchas veces y no le hice caso.

     Pero tenía la inquietud de si estaba haciendo lo correcto al conservarlas, un día acudí a una librería cristiana a comprar un libro y le pregunté a la dependiente: ¿Por qué no puedo tener imágenes? y ella no me contestó, me presentó a un cliente y le pidió me contestara él. El señor en cuestión comenzó presentándose y me confió su testimonio me dijo que antes de seguir a Jesús había sido santero, que había llegado al más alto nivel en esa especie de “religión”, y que un día escuchó el llamado de Dios y se alejó de todo aquello, hacía ya 20 años de eso y, en la actualidad, era pastor de iglesia. Recordé la historia de Pablo, que antes del llamado de Jesús a seguirle, lo persiguia.

     Me explicó brevemente por qué no debía adorar imágenes, y me señaló en la biblia los mandamientos. Y ahí estaba la orden de Dios en el cuarto mandamiento, que por cierto no lo tenía mi biblia, ni me lo enseñaron nunca en el colegio religioso en el que hice parte de la primaria. Recuerdo haber leído en la librería junto a él ese mandamiento, sentí como que el mismo Dios me estaba contestando, lo entendí de una sola vez y sin más explicaciones, lo sentí en el espíritu.

     Al llegar a mi casa, tomé todas las imágenes que tenía, incluyendo esas hermosas vírgenes de porcelana italiana y las hice añicos y más nunca en mi vida oré ante alguna. No tengo religión alguna pero sí una profunda relación con Dios directa y sin intermediarios. Ese día me di cuenta que manipulaban la biblia a través de libritos impresos , en donde agregaban o quitaban a su antojo partes de la biblia.

"No añadiréis nada a la palabra que yo os mando, ni quitaréis nada de ella, para que guardéis los mandamientos del SEÑOR vuestro Dios que yo os mando". Deuteronomio 4:2

     Entendí de una vez por todas porque lo sentí, en el espíritu aquella tarde cuando el pastor me leyó ese versículo en la librería, que cada una de esas imágenes de santos, vírgenes a las que se rinde adoración son "ese otro Dios" y que nos aparta del Dios verdadero que tenemos dentro. ¿A qué, pues, haréis semejante a Dios, o qué imagen le compondréis? Isaías 40: 18.

     Las excusas para tener imágenes son siempre las mismas, resumidas en la desidia, en la comodidad de creer en Dios a mi manera, cuando veo la virgencita de la cómoda, o el Cristo en la puerta, ese ratico de admiración te aleja de lo que significa adorar a Dios en Espíritu (corazón), y en verdad (por su palabra) porque no sabes cómo creer y confiar en lo que no estás viendo.

     “Dios, pues, pasando por alto los tiempos de la ignorancia, anuncia ahora a los hombres que todos y en todas partes deben convertirse”. (Hechos 17:30

     Dios pasando por alto los tiempos de ignorancia…, yo era una de las que tenía un afiche enorme de Jesús de la misericordia y a ese afiche le pedía milagros, por supuesto no era el afiche, era Dios, ese Dios tan misericordioso que aceptó que yo llegara a él a través de esa imagen, y no por eso dejó de obrar milagros en mi vida, todo lo contrario, fueron tantos que llegó un día en que mi conversación ya era directa con él, sin ningún intermediario.

     Adorar en espíritu, esta frase lo indica todo, si la entendiésemos no habría necesidad de adorar de otra manera a Dios. 

En mi casa materna, sobre una mesa, permanecía la biblia abierta en el salmo 91 la biblia, pero nadie oraba, era como una especie de protección, o hasta fetiche y no es que esté mal tener la biblia y de paso abierta, lo que no debe ser es pensar que cualquier página de ella, puesta en la mesa de entrada va a protegernos, no, lo que te brinda protección ni siquiera es leerlo, es sentirlo, si, sentir por ejemplo la parte que dice que aunque caigan 1000 hombres a tu lado y 10000 a tu derecha tu estarás fuera de peligro, si fueses capaz de internalizar, de sentir en espíritu estas palabras del salmo 91, no habría necesidad siquiera de mantener la Biblia abierta, el salmo completo correría por tus venas. 

     Adorar, venerar, rendir culto, palabras más, palabras menos. Cambian las palabras, pero igual se mantienen las prácticas: se les llora, se les prende velas, inciensos, se les reza, se les pide favores, se levantan altares en las casas, en los negocios, se usan medallitas, crucifijos, resguardos, estampitas en las carteras para sanación, suerte, cinticas en la muñeca, por supuesto, se pasean símbolos por las calles en semana santa incluyendo imágenes de vírgenes, hasta se hace una mezcla de santería y religión.   

     Esa actividad viene de la ignorancia que se tiene de la naturaleza de Dios y de su voluntad, porque bien expresada que está en la misma Biblia.

     El verdadero adorador de Dios No sigue doctrinas, tradiciones, opiniones, modas o antojos de teólogos, pastores, predicadores, evangelistas o religiones. No se postra ante ninguna imagen o ser vivo.

      Está escrito «Tan cierto como que yo vivo —dice el Señor—, ante mí se doblará toda rodilla y toda lengua confesará a Dios”. Romanos 14:11

“No te hagas ningún ídolo, ni nada que guarde semejanza con lo que hay arriba en el cielo, ni con lo que hay abajo en la tierra, ni con lo que hay en las aguas debajo de la tierra”.