viernes, 13 de enero de 2023

Capítulo 4. El que hiere es porque está herido

 


CAPÍTULO 4


EL QUE HIERE ES PORQUE ESTÁ HERIDO

"Pero a ustedes que me escuchan les digo: Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, bendigan a quienes los maldicen, oren por quienes los maltratan. Si alguien te pega en una mejilla, vuélvele también la otra. Si alguien te quita la camisa, no le impidas que se lleve también la capa. Dale a todo el que te pida y, si alguien se lleva lo que es tuyo, no se lo reclames. Traten a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. ¿Qué mérito tienen ustedes al amar a quienes los aman? Aun los pecadores lo hacen así. ¿Y qué mérito tienen ustedes al hacer bien a quienes les hacen bien? Lucas 6:27-33

     Mi "enemiga" resulto ser mi mejor amiga. Pasamos de los celos y ataques, a poner la otra mejilla, a ser mejores amigas.  Logramos con el tiempo sanar cualquier diferencia, y pude acompañarla sus últimos días, me dolió muchísimo su partida. Y no solo ella, sino la mejor amiga de ella, con quien urdía planes para molestarme, con ella tengo un testimonio también.

     En muchas ocasiones este par de amigas intentaron vengarse, de lo que creían yo había causado. Una vez fueron a mi casa, yo estaba lavando el porche, de pronto veo acercarse un auto y cuál es mi sorpresa cuando se estaciona justo al frente de mi casa y se baja una señora bajita, mientras la otra se quedaba en el carro, haciendo la función de chofer, con el auto encendido, imagino que por si tenían que salir corriendo, cosa que no ocurrió, porque yo me quedé con mi escoba en la mano inmóvil, esperando a ver que querían, que por cierto, en una de esas hice un ademán para acomodar la escoba y ella pensó que le iba a dar un escobazo, se asustó y retrocedió, me dio risa, pero me aguanté, el asunto parecía muy serio, el hecho es que habían ido a dejarme el perro de mi esposo, con el grito “si te quedaste con el hombre, te quedas con el perro también “ , y se fueron. 

     El perro en cuestión pasó a ser el consentido de la casa y en poco tiempo todos le tenían cariño, así fue como llego Bianca Josefina a mi hogar.

     Bueno, sigo con el cuento de la amiga de la ex de mi esposo, que la acompañaba en todas estas aventuras, y que tristemente también murió de cáncer. Al frente de mi librería había una fuente de agua muy bonita, los locales la rodeaban, era un placer escuchar el sonido del agua y ver cómo caía. Un día, estoy acomodando la vidriera y veo a una señora llorando desconsoladamente en la fuente, no pude permanecer tranquila y me acerqué, le pasé el brazo por la espalda y ella se me vino en un abrazo que yo respondí, mientras la llevaba caminando hasta la librería, llegamos, le di agua y ella comenzó a contarme por lo que estaba pasando, yo le hablé de mis testimonios de cuando vivía en Maracay y como Dios me sacó de todas y cada una de las situaciones, incluso peores que las de ella, yo tenía, 4 hijos pequeños en ese entonces y ella no tenía si no uno y era ya un hombre, sin querer desmeritar su tragedia por supuesto, total que llevábamos mucho rato hablando, ella sin verme la cara y yo sin ver la de ella cubierta por el pañuelo y las lágrimas, siempre mirando el suelo.

     En una de esas levanta la cabeza para agradecerme porque ya estaba más tranquila y ya se iba, y me dice “tú no eres…” ˗ le dije ˗ sí, aunque yo no recordaba la cara de ella, pues era la que fungía de chofer en las aventuras con la ex de mi esposo y siempre se quedaba en el carro. Ella misma me dijo quién era, enseguida lamentó muchísimo todo lo ocurrido, y ya no encontraba como mostrarme su arrepentimiento y pedirme perdón, cargaba con ella una joya carísima y quiso dármela como recompensa, pero por supuesto no acepté, primero porque no tenía que darme nada a cambio ni yo iba a recibirlo y segundo porque parte de lo que me contó era que atravesaba por una mala situación económica, por el contrario, la ayudé a vender la joya en cuestión y pudo solventar algunos problemas económicos que la apremiaban.

     Desde ese día me visitaba en la librería, hablábamos largo rato, tomábamos café, se fue a vivir a los Estados Unidos, estuve tiempo sin saber de ella, un día regresó, yo iba cruzando la avenida, caminando, y ella iba en su carro, el semáforo se puso verde y en lugar de avanzar, detuvo el carro, se bajó y me dio un interminable abrazo.

     Luego me enteré que se había muerto. Yo me la había conseguido en la farmacia, buscando medicinas, ella para su cáncer y yo para la artritis que en esos momentos padecía. Digo en esos momentos porque después no la padecí más nunca (Ese es otro testimonio).

     El hecho es que las tres terminamos siendo mejores amigas, tanto que los últimos días de la ex de mi esposo, nos poníamos de acuerdo y yo la llevaba a pasear, le ofrecía lo que sabía que le gustaba como las empanadas del flaco, que estaban en un local debajo del edificio donde yo vivía, pero ya ella no tenía apetito, su cáncer era de estómago, y solo le provocaba pasear, recostada en el asiento del carro, viendo por la ventana unas veces y con los ojos cerrados otras.

     Un día de esos, de largas charlas, le pedí perdón por lo que ella creía que yo había hecho, le expresé que yo no sabía que ella estaba aún con mi esposo y ella me respondió, que en efecto no estaba ya con él, y qué gracia a mí no terminó sus días con Luis que era super achacoso y no hacía sino joder, reímos de nuevo, así con esas palabras, ella también cambió mucho y recordar esos arrebatos nos daba mucha risa, sobre todo el cuento del perro, cuando se asustó. Al poco tiempo de separarse de mi esposo, ella se unió a un hombre con el que compartió su vida, pero que se fue cuando la situación se puso mala en Venezuela. 

     Yo me vine a Chile también y ella murió, no la pude ver más ni hablar con ella, una hermana se la llevó a otra ciudad, poco antes de morir.

    En la época en que éramos “enemigas”, ella mandaba la ropa sucia de sus hijos para que mi esposo la lavara los fines de semana, mi esposo me decía que iría a la lavandería automática y yo le contestaba que continuáramos con nuestros planes que, mientras lo hacíamos la lavadora de la casa lavaría la ropa. 

    En lugar de dejar que mi ego se frustrara y se molestara diciendo “Como voy a lavarle la ropa a esa señora, como va a arruinar nuestro fin de semana” yo veía los dientes blancos del perro y le agradecía por haberme enseñado a lavar, sí, me enseñó a lavar, en una ocasión me devolvió la ropa con una nota y las instrucciones para hacerlo bien. Debo reconocer que yo no sabía lavar, colocaba la ropa, así como la agarraba, no revisaba bolsillos, no separaba color y metía medias con franelas. 

     La ropa salía llena de papelitos por alguna servilleta en algún bolsillo, interiores color rosa por alguna franela roja y las franelas blancas curtidas. En las instrucciones ella decía que las medias nunca se metían con el resto de la ropa, se lavaban aparte y se remojaban toda la noche con jabón azul, y al día siguiente se metían en la lavadora. A partir de entonces mis franelas relucían de blancas y las medias quedaban como nuevas.

     León Tolstoi es el autor del cuento llamado “El perro muerto”, yo le digo los dientes blancos del perro, un hermoso relato que habla de Jesús y sus discípulos, a grandes rasgos es así:

     Había un perro muerto tirado en una calle, con una soga al cuello y en estado de total putrefacción, la gente lo estaba rodeando y comentaban sobre el olor insoportable que emanaba, otro argumentó lo horrible del estado de la piel y los órganos, otro dijo que estorbaba el camino. Jesús se acercó y dijo –“sus dientes son más blancos que las perlas”. Yo acostumbro en toda situación a ver los dientes blancos del perro.

     El poner la otra mejilla te enseña que, el asunto es entre tú y Dios y es ante Él, que te importa quedar bien, no te estás humillando como muchos creen, te estás dando la oportunidad de tener paz, tranquilidad, de manejar tus emociones. Cuando pones la otra mejilla estás dejando tu defensa en manos del mejor abogado: Dios. Esa actitud pacífica es un reconocimiento a la excelencia, la dignidad, el honor. No tiene que ver con ser pasivos, más bien estamos siendo activos. No se pierde poniendo la otra mejilla, se gana. Yo puse la otra mejilla y gané dos amigas.

Lo mejor de todo, estás forjando en ti el carácter de Jesús.

Proverbios 15:1 La blanda respuesta quita la ira; más la palabra áspera hace subir el furor.

Santiago 1:19-22 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. Pongamos esto en práctica hoy, airarse es fácil y controlarse es difícil, pero con la ayuda de Dios podemos llegar a ser personas que dejemos de perder por enojarnos.

martes, 10 de enero de 2023

Capítulo 3 . Cómo me covertí en una mujer de abundancia


 



CAPÍTULO 3


CÓMO ME CONVERTÍ EN UNA MUJER DE ABUNDANCIA


           "Y mi Dios proveerá TODAS vuestras Necesidades, conforme "una sus riquezas en gloria en Cristo Jesús". Filipenses 4:19

        “A ver ustedes que andan con sed, ¡vengan a las aguas! No importa que estén sin plata, vengan; pidan trigo sin dinero, y coman, pidan vino y leche, sin pagar.

      La fe es un elemento esencial en nuestras vidas; la fe cree y confía en que Dios actúa en nuestras vidas para nuestro beneficio final. Gran parte de la lucha que tenemos se debe, no a creer que Dios puede, sino a dudar que lo hará. Una de las áreas que prueba más nuestra confianza en Dios es la provisión económica. Mi tan criticado por los que me rodean “Dios proveerá” mi frase favorita. Esta frase se la escuché por primera vez, cuando era joven a una tía de mi esposo, la Tía fina, me llamaba mucho la atención porque detrás de su frase ocurría un milagro, aquello que resolvía la situación de la manera más increíble y la tía nunca se preocupaba, pues bien, desde ahí tomé esta frase para mí.

     La mayoría de nosotros no conoce la economía trascendental de Dios y su deseo de proveer abundantemente. Dios puede proveer tomando algo que no vale nada y hacerlo de gran valor. Dios puede manifestarse tomando lo poco y haciéndolo mucho. “Dios proveerá” sólo esperando en él, sin preocupación, dejando todo en sus amorosas manos.

     Hasta en algo tan simple como esto; en mi familia era la encargada de servir los alimentos en las reuniones, mis hermanas decían “que sirva Maribel que a ella se le multiplica la comida”, la verdad no sé cómo lo hacía, pero todos comían quedaban satisfechos y hasta sobraba para el que llegaba más tarde o para el que solo quería repetir.

     Cuando monté la librería ya traía deudas y el negocio aun no daba suficiente para pagar todo, un día llega mi menor hija Ada con una nota del colegio que decía: “Si no se pone al día con las mensualidades ,su representada no podrá entrar a clases hasta solventar deuda”. Era un viernes y mi hija de tan solo 12 años comenzó a preocuparse y le dije: no te preocupes, nosotras somos mujeres de abundancia (no me refería a lo material, sino a que teníamos a Dios con nosotras) y la semana próxima, te doy el dinero para que lo lleves al colegio, por supuesto que no tenía idea de donde saldría el dinero, pero si sabía que llegaría.

      Pasó el fin de semana, el lunes no la envié al colegio ,pues no la iban a dejar entrar, yo no sabía de donde sacaría el dinero, así que me fui a mi librería y agarré la nota del colegio (cuando eso yo usaba intermediarios para comunicarme con Dios) y la pegué en un afiche de Jesús de la Misericordia que tenía detrás de la puerta del local y le dije: yo no voy a preocuparme por esto, ahí te lo dejo porque confío en ti y en tu infinita Misericordia y sé que no dejaras que Ada pierda sus estudios. Continué trabajando. 

     Al final de la mañana recibí una llamada del hospital donde mi esposo trabajaba como médico, me preguntaron si podía pasar por la administración, pero no me dijeron de que se trataba. Agarré el transporte público y me dirigí al hospital, al llegar allá, me dijo la administradora:” Este es un cheque que se le debía al doctor, firme aquí en donde dice recibido”, firmé y con la emoción , no vi el monto del cheque, pero sabía que cubriría la deuda del colegio, lo guardé en mi bolso y tomé de nuevo el trasporte hacia la casa, ya sentada en la buseta, vi el cheque, el monto no solo alcazaba para pagar la deuda del colegio sino que, todavía me sobraba dinero. 

     No pude contener la risa, la gente me veía riendo sola, le dije a Dios: ¡Te pasaste ¡hasta me quedó la” ñapa”. Pagué el colegio y llevé a Ada a sus clases al día siguiente. Fue tanta la confianza que le tomé a Dios que desde ese entonces mantengo conversaciones con él, cualquier cosa que me sucede, se lo cuento y espero su dirección y siempre encuentro una solución y, sobre todo, mientras eso ocurre tengo paz. Te preguntaras ¿Qué necesitas para que esto te suceda a ti también? Creer, pero eso sí, sin dejar ni un agrieta por donde se pueda colar la duda. Certeza absoluta.

      En esa misma época, nos dieron aviso de la venta inmediata del inmueble donde vivíamos rentados, teníamos la primera opción para comprar ¡Ni pensar en poder pagarlo!, así que recurrí de nuevo a mi hija Adriana y le pedí el monto de la inicial que, si bien no era mucho, yo no tenía el dinero, ya no tenía la librería porque había decido trabajar desde casa. Me había hecho famosa corrigiendo tesis de grado, las llevaban para transcribir, pero yo hacía correcciones ortográficas, acomodaba los párrafos y hasta sugería sobre el tema, con esto me iba mejor que con la librería, me convertí en asesora de tesis, podía trabajar desde casa, por internet y así tendría la posibilidad de atender mejor a mis hijos.   

      Cerré la librería y me dediqué a este nuevo oficio que Dios me había dado, con ese don que aún tengo. La investigación se convirtió en mi pasión. En fin, ya mi hija me había dado la inicial, pero, cuando pidieron los papeles y constancia de ingresos para formalizar la venta, yo no tenía nada de eso, tampoco podía comprarlo a nombre de mi hija Adriana que, si los tenía, porque debía ser la persona que aparecía como arrendatario, no aceptaban traspasos. Aun así, llené mi planilla con todos los datos y con los ingresos que percibía por concepto de los trabajos de investigación.

      Comenzaron a aprobar los créditos de todos en el edificio, ya faltaban muy pocos por aprobar y a mí no me llegaba ninguna noticia, tenía un vecino que se complacía en avisarme, que tan poco tiempo me quedaba para perder la oportunidad de comprar, me decía cosas como: ˗ ¡ya todos estamos aprobados menos tú! ˗ ¡A los que no aprueben este mes les van a aumentar el apartamento al doble! - 

     Ya para ese entonces eran tantos y tan seguidos los milagros en mi vida, que no quería por nada del mundo perder esa conexión que tenía en línea directa con Dios y que mantengo después de tantos años. A pesar de los acontecimientos tenía paz y confianza. 

     Recuerdo haberle comentado a un amigo mi situación y como él trabajaba en un hotel donde se hospedaba el director del banco que aprobaba los créditos, quiso ayudarme y me pidió mi número de solicitud para hacerlo, le dije que no, porque yo tenía ya una persona que me estaba ayudando “Dios” 

    Un fin de semana se quedaron unos familiares a dormir en mi casa y en la conversación salió a relucir el tema, una de ellas trabajaba con el gobierno y me dijo -yo te puedo ayudar para que te lo aprueben, igualmente le contesté que no, que ya tenía quien estaba ayudándome, “Dios”. 

    Yo había probado la misericordia de Dios y tenía la certeza que no me iba a abandonar, el que yo fuera la dueña de ese apartamento ya estaba en sus planes, tanto que cuando lo alquilé 20 años atrás, dije que sí lo aceptaba sin haberlo visto siquiera, ahora entiendo todo.  

“Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos.” Hebreos 11:1

     Pasaron los días y un lunes me llamaron del banco y me preguntaron: ˗ ¿Señora Maribel usted no tiene algo que respalde sus ingresos? Su crédito está parado por eso˗. Le contesté a la señorita que yo anotaba mis ingresos en un cuadernito, ahí ponía lo que ingresaba mes a mes y lo que salía, no en vano había estudiado hasta casi el último año para graduarme de contadora, y curiosamente me falto la tesis de investigación y un par de materias. Me dijo: ˗ ¿por favor podría enviarme ese cuadernito a esta sucursal? ˗Y así lo hice envié el cuadernito. 

     Continuaron pasando los días y mi vecino seguía tocando a mí puerta, esta vez, para decirme que lamentaba mucho que no me hubiesen aprobado el crédito, que yo era la única que había quedado por fuera. La siguiente semana recuerdo era viernes, cuando regresé de hacer las compras, mi hija Ada me dijo: ˗mami te llamaron de un banco, para decirte que te habían aprobado algo˗.  Ese “algo” era el crédito del apartamento y no solo lo aprobaron, sino que, con un subsidio, o sea, lo que tendría que pagar mensualmente era casi nada.

     Por cierto, que al terminar de comprar todos los inquilinos sus apartamentos, no estaban definidos los puestos de estacionamiento, cada quien agarró el que usó durante todos esos años, yo estacionaba en uno grande en donde cabían dos carros. Nuevamente mi vecino “el informante” viene a decirme que van a enumerar los puestos y que a mí no me va a corresponder el que tengo ahora, me preguntó ¿Cómo iba a hacer para estacionar la camioneta de mi hijo Juan? Le dije que no se preocupara que ya vería que hacer. 

     Llega el día y comienzan a colocar los números en el estacionamiento y en efecto no me correspondía el mismo puesto que había estado usando durante años, pero,faltaba uno para los que habían comprado apartamentos y había uno¿ departamento en el piso de abajo, donde los dueños del edificio tenían viviendo a un familiar con problemas mentales y decidieron quitarle el puesto de estacionamiento, de nuevo Dios actuando. 

     Al correr los números, el estacionamiento que yo había estado usando, me correspondió a mí, el mismo con los dos puestos. Enseguida subió mi vecino el informante, a darme la buena nueva con la frase: ˗ “Tu si eres sortaria” ˗ le respondí: ˗sortaria no, eso no es suerte˗. insistió- no, ¿Y entonces que es? ˗Dios obrando a mi favor˗, le dije. 

     Con ese mismo cuadernito me atreví a llenar una planilla para solicitar un préstamo a un banco para adquirir un carro, y me aprobaron el crédito, no obtuve el carro, porque me desvié del camino que traía, y en lugar de dejar a Dios actuar, metí mi mano y no llevé la solicitud a la agencia de carros que me correspondía, sino que se la di a una amiga que lo haría todo más rápido y resulta que lo engaveto  y no la introdujo nunca. Eso pasa cuando confiamos en el hombre, yo que venía inmaculada de haber rechazado ofertas para obtener más rápido mi apartamento, caí en tentación y me fui por el lado incorrecto. Y no hice como venía haciendo, que confiaba en el Dios. Elegí la puerta ancha el lugar de la angosta.

 “Así dice el Señor: “¡Maldito el hombre que confía en el hombre!  ¡Maldito el que se apoya en su propia fuerza y aparta su corazón del Señor!” Jeremías 17:5

“Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos”. Hebreos 11:4 

    Para ese entonces, y en vida de mi esposo habíamos comprado un terreno pequeño con el fin de algún día construir una casa, con su fallecimiento, esos planes no se dieron, el terreno quedo ahí, abandonado, intenté muchas veces, durante años venderlo y nadie se interesó, no pude venderlo, pasaron los años y el terreno seguía ahí, había que ir a verlo de vez en cuando, y quitar la maleza. 

     Un día mi hijo Daniel estaba jugando al beisbol, en una jugada dio una vuelta y el taco de su zapato quedó enterrado en el pasto y la que dio vuelta sola, sin él pie, fue su pierna, esto ocasionó que se rompiera los ligamentos y cayera al suelo sin poder caminar. Estuvimos un año buscando dónde operarlo, pues no teníamos el dinero, todo ese tiempo caminó con muletas, hasta que al fin salió el cupo en un hospital, que lo operaria gratis pero, había que comprar el equipo que le pondrían en la rodilla, y el mismo costaba para ese entonces, una cifra grande que no podíamos costear, puse en venta de nuevo, después de años el terreno y cuatro días antes de la cirugía lo vendí  por el monto exacto del equipo de reemplazo para su rodilla. 

     Nos habían dicho que el equipo había que entregarlo tres días antes de la cirugía, porque si no, perderíamos el cupo para la operación, entendí entonces por qué, no había podido venderlo años atrás. Tuvimos algunos problemas para hacer efectivo el cheque y mi hermana Moraima lo canceló y luego hicimos la transferencia.

“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. “

     Tengo innumerables testimonios de lo que esto significa, los milagros en mi vida sucedían aun cuando no había leído la biblia ni conocía a ese Jesús Misericordioso. Recuerdo uno que me impacto mucho. Estaba recién separada de mi primer esposo y padre de mis cuatro primeros hijos, vivía sola con ellos y no tenía familia cerca. Acababa de conseguir trabajo y faltaba un día para cobrar mi primer sueldo. 

     Ese día toca a mi puerta una mujer con un niño en brazos y otros dos más, agarrados a cada lado de su cintura. Me pregunta si tengo algo de comer para sus niños, yo tenía en mi despensa solo un kilo de espaguetis, dispuesto para el almuerzo del día siguiente para los míos. Mientras la escuchaba pensaba: ¿Es lo único que tengo, como se lo voy a dar…Bueno yo cobro mañana…Y si no cobro mañana? Entre tantas preguntas que cruzaban por mi mente me decidí por el “Dios proveerá” y le di el kilo de espaguetis a la señora. Decidí que al día siguiente Dios proveería para nosotros, o tal vez pediría un adelanto de mi sueldo y compraría la comida. 

     El hecho es que no hizo falta, porque esa misma noche, mi vecina, quien había estado de viaje, regresó de su pequeña hacienda, tocó a mí puerta, y comenzó a entrar a mi apartamento “el Mana” que me enviaba Dios. 

     En un saco había naranjas, limones, yuca, papa, pimentón, tomate, y todo tipo de vegetales. En otra bolsa había pescado. Un cartón de huevos criollos. Hasta el postre, un casabe relleno de papelón.

     Yo no sabía mucho de las promesas de Dios. Hoy, después de haber leído la Biblia sé que las promesas de Dios refuerzan mi testimonio;

 “Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante.” Lucas 6:38.

Su señor le dijo: “Bien, siervo bueno y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré…”. Mateo 25:21. Este versículo es mi favorito.

     He comprobado que, Dios tiene designios sobre nosotros que no tienen que ver con nuestros proyectos, tenemos la ilusión de que es que coinciden con Dios cuando pasa algo que planificamos, pero no es así. Ni en mis mejores sueños habría yo planificado todo lo que he recibido de él, nunca planifiqué tener una librería, como nunca había pensado en viajar y conocer tantos países. 

     Un día encontrándome en mí cocina, preparando los alimentos, mientras cortaba las papas, pensaba, luego de escuchar en las noticias, que los pasajes aéreos habían subido de precio: ˗dígame, con esa subida de precios ahora si es verdad que yo me quedé sin saber lo que es subirse a un avión, cómo voy a viajar˗

     Si le hubiese pedido a Dios un viaje, lo más lejos, habría sido a Aruba, no habría considerado posible viajar más lejos. Y vino Dios un buen día y me mandó a Suiza y a México. Al mes de haber pensado que no podría viajar, me llamó mi yerno José Manuel y me preguntó ¿Tienes pasaporte? Le contesté, Si. Pues prepárate que te vienes a Suiza en un mes. Y así fue, al mes siguiente estaba yo tomando un avión, mi hijo Juan ayudó con los pasajes y me llevé a mi nieto, su hijo Cristian. El vuelo haría escala en España y de ahí a Italia y por carretera a Suiza. Estando en Suiza fuimos a los Alpes, a Italia. 

    Los viajes continuaron, luego de ese viaje al siguiente año, mi hija y su esposo se habían mudado a México y nuevamente me llamó mi yerno para preguntarme si quería viajar a México, para darle una sorpresa de cumpleaños a mi hija que tenía tiempo sin verme. De pensar que nunca podría viajar me volví internacional, actualmente vivo en Chile.

“Porque mis pensamientos no son los de ustedes, ni sus caminos son los míos—afirma el Señor—“.

Isaías 55:8

     Y vivo en Chile en otra decisión que no fue mía, comenzaron a ponerse feas las cosas en el país, la comida escaseaba, los sueldos no alcanzaban y mi hija Ada toma la decisión de irse a vivir a Chile, yo pensaba que no podría salir nunca del país, pues no teníamos recursos con 5 hijos y 5 nietos, no saldría del país dejando a ninguno de ellos atrás, como capitán de barco, sería la última en salir. 

     Las cosas siguieron de mal en peor, hicimos todos los esfuerzos necesarios entre todos, vendimos lo poco que teníamos y mis hijos se fueron yendo uno a uno, mis nietos también, hasta que llegó el día que solo quedaba mi hijo Juan que ya tenía planes para irse también, y yo. 

     Terminé abandonando todo, despegándome de todo lo que creí que nunca podía dejar. Mi apartamento, mis recuerdos, gran parte de mi vida quedaba atrás, y solo me llevé una maleta en la cual mis cosas ocupaban solo un cuarto del espacio, porque el resto lo ocupaba la ropa mi nieto que viajó conmigo, 62 años de vida reducidos a un cuarto de maleta.

      Y aquí estoy esperando la orden del señor que me trajo hasta aquí. Comenzando de nuevo confiada en sus designios. No saben la tranquilidad que da, estar confiada, sin dudar, esté donde esté, sabiendo que es un plan de Dios y que por supuesto es para florecer.










lunes, 9 de enero de 2023

Capítulo 2 Tus planes no son los mios

 


CAPÍTULO 2

TUS PLANES NO SON LOS MÍOS

“Pues yo sé los planes que tengo para ustedes -dice el SEÑOR-. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza. Jeremías” 29:11


     Mi segundo esposo falleció de cáncer, y como todos saben es una enfermedad que demanda mucho dinero y tiempo, partió un 18 de marzo y para entonces ya habíamos usado su sueldo en los gastos de la casa, la quincena siguiente ya no hubo más pagos, mis hermanos y mi hija Adriana quién trabajaba para ese entonces, nos ayudaban con los gastos de la casa.

     Habiendo transcurrido ya tres meses de su partida, salí a dar un paseo para disipar tanta tristeza. Crucé la calle, en la acera del frente había un centro comercial, fue tanto el encierro en casa con la enfermedad de mi esposo que, ni cuenta me di cuando lo inauguraron.  

Centro Comercial Madrigal Plaza, ese nombre me gustaba mucho, me trajo recuerdos de mi papá. En mi estado, todo lo asociaba a la tristeza, recordé la letra de la canción “Madrigal” “Estando contigo me olvido de todo y de mí. Parece que todo lo tengo teniéndote a ti. Y no siento este mal que me agobia y que llevo conmigo. Arruinando esta vida que tengo y no puedo vivir […]”.

Entré, caminé unos cuantos metros y me acerqué a un local que se encontraba vacío, aproveché sus nítidos cristales para ver mí imagen, tenía tiempo sin mirarme en un espejo, reflejada en el vidrio también apareció la figura de una mujer joven a mis espaldas, Angelica, sin voltear, escuché cuando me preguntó: - ¿Te gusta? -Yo contesté, sí-Y ella continuó, asumiendo que yo estaba interesada: ˗Solo necesitas tres meses de depósito, una referencia bancaria y otra personal˗ me dijo también de una vez, cuanto sería la renta y los gastos notariales. Me volteé, la miré y las únicas palabras que brotaron por mi boca fueron: ˗Yo no tengo referencias bancarias˗. A lo que ella respondió: ˗ No importa, tráeme la copia de tu cedula˗.

Caminé hasta la salida  y sin dudarlo llamé desde mi celular a mi hija Adriana,  y le pedí el dinero del depósito, ella sin pedir explicaciones me dijo: ˗ Te llamo en un momento˗ A los pocos minutos me devolvió la llamada para informarme que había pedido el fideicomiso y que en unos instantes me depositaria el dinero, me devolví al local con la cédula y el dinero, fui a la oficina de la mujer en cuestión, le conté mis avances y enseguida me entregó la llave del local, con un abrazo y el grito: ¡Todo tuyo, mucho éxito!

    Salí de ahí con la satisfacción de quien había ido a buscar un local para montar un negocio y lo encontró. En mi cabeza nunca estuvo esa idea, no tenía planes de nada, ni dinero, ni ánimo y mucho menos sabría que montar, yo solo salí de paseo, pero respondí como sí, en efecto, había ido allá, en lugar de, a tratar de disipar un poco mi tristeza, a buscar un local para poner un negocio. 

     Volví de un triste paseo donde llevaba las manos vacías con la posibilidad real de tener mi propio negocio. Regresé a mi casa con las llaves del local en las manos. Saqué cuentas y ese mes ya comenzaban a depositarme la pensión de viudez, así que tendría como pagar las mensualidades, no tenía dinero para comprar nada, ni sabía que montar ahí, pero todo se fue dando solo.

     El fin de semana llevé a mis hermanos a ver el local que acababa de alquilar y estando todos parados detrás de mí, frente al cristal, observé como se miraban unos a otros, extrañados, como diciendo ¿Que va a hacer aquí, sin dinero, sin ninguna idea? Pero Igual me apoyaron, aun sin entender.

     Recuerdo haberle contado a la doctora que se hizo cargo totalmente gratis, de la enfermedad de mi esposo hasta sus últimos días, mis planes, “Mi proyecto caído del cielo”, llave en mano. 

     Habíamos hecho amistad en esas largas esperas a la reacción de mi esposo tras cada medicina. El día que la contacté para verlo por primera vez, lo primero que me dijo fue: ˗yo no puedo subir escaleras˗. Y las subió todas las veces en que el ascensor falló.

     La nombro porque los primeros insumos para lo que sería mí emprendimiento, me los regaló precisamente ella, la doctora Mayela, con ella tengo otro testimonio. Cuando llegó a la ciudad donde vivíamos, buscando trabajo, en la clínica en la que mi esposo pasaba consulta, y justo el día que a él le estaba dando un infarto, el dueño de la clínica el Doctor Sarmiento, a quién también tengo mucho que agradecer, la agarró de la mano y le dijo: ˗Venga doctora que le tengo su primer paciente˗. 

 Me regaló los primeros insumos; unas cajas de carpetas, cajas de lápices, y otros que no recuerdo, me dijo con su acento maracucho: ˗Aunque sea sobre una mesa colocáis esto y comenzáis a vender˗ y así lo hice. A los días me llamaron para devolverme un dinero de gastos fúnebre que mi esposo no utilizó, pues fue cremado por su voluntad, y con ese dinero recuerdo que compré una fotocopiadora, unos estantes y me llevé mi computadora al local. La gente pasaba y me decía: ¡Qué bueno, por fin un centro de copiado por aquí! Así que, con idea de ellos, puse un centro de copiado, Lo llamé L.T. Copy por las iniciales del nombre de mi esposo. 

     Poco a poco, se fue llenando con insumos de los distribuidores que pasaban a ofrecer sus productos y los dejaban a consignación, tanto, que ya no cabían las cosas en el local. Se nos hizo pequeño. 

     Mi hermana Moraima me llevó un día de compras y me regaló; una plastificadora, una encuadernadora con todo el material necesario, y hasta un termo para el café. Cada uno de mis hermanos se hizo presente, con Humberto mi hermano compré la estantería, todos y lamento no recordar con detalles tanto apoyo, incluyendo mis hijos, colaboraban con el proyecto que nos daría nuestro nuevo ingreso familiar, días después L.T. Copy abría sus puertas. 

  ¿Si Dios planificó la vida de su hijo hasta el final, por qué no lo haría conmigo? Yo no salí a montar un negocio ese día, mis planes eran morir de tristeza, llorar y llorar, había perdido a mi esposo, no tenía trabajo, ni dinero. 

Mis caminos y mis pensamientos son más altos que los de ustedes; ¡Más altos que los cielos sobre la tierra! “Isaías 55:9

Luego dijo Jesús a sus discípulos:

“Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán; ni por su cuerpo, con qué se vestirán. La vida tiene más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa.  Fíjense en los cuervos: no siembran ni cosechan, ni tienen almacén ni granero; sin embargo, Dios los alimenta. ¡Cuánto más valen ustedes que las aves!  ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida? Ya que no pueden hacer algo tan insignificante, ¿por qué se preocupan por lo demás?

Fíjense cómo crecen los lirios. No trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos. Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¡cuánto más hará por ustedes, gente de poca fe! Así que no se afanen por lo que han de comer o beber; dejen de atormentarse.  El mundo pagano anda tras todas estas cosas, pero el Padre sabe que ustedes las necesitan.  Ustedes, por el contrario, busquen el reino de Dios, y estas cosas les serán añadidas.” Lucas 12:22-31

 “Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo”. Eclesiastés 3:1 


domingo, 8 de enero de 2023

Capítulo 1. La ardiente paciencia de un trigal


 CAPÍTULO 1


LA ARDIENTE PACIENCIA DE UN TRIGAL

     Me encontraba atravesando una situación desesperanzadora, triste, hasta que un buen día llegó a mi casa alguien, quien no tenía mucha cercanía conmigo, pero estoy segura, Dios puso en su corazón, me entregara un mensaje de su parte. Me dijo: -Este libro y este folleto estaban en mi casa, los recogí de la mesa en una ocasión y los guardé, los volví a ver fuera de la biblioteca un par de veces más y cuando decidí revisarlo, en lugar de guardarlo, pensé en traérselo a usted- 

     El sí sabía de mi angustia y tristeza, pero nunca supo todo lo que ese pequeño libro con su gran mensaje hizo en mi vida. Tanto así, que para mi mente humana y limitada no era el más indicado para abrirme ese camino a lo sobrenatural, pero para Dios y sus insoldables caminos si lo era. Y no solo me abrió ese camino a mí, sino que aún continúa abriéndolo a otras personas, aun sin saberlo, en una especie de cadena de milagros. A veces, no sabemos cuál será el propósito de Dios para nosotros y resulta que ya lo estamos ejecutando.

     El libro en cuestión se llama “La transfiguración” de Ignacio Larrañaga, por medio de esa lectura sufrí una verdadera transformación, esa mujer vieja que era yo murió y nació una nueva, atrás quedaron; la soberbia, el orgullo, el rencor, el temor, la angustia y todo aquello que solía tener.

     Uno de los capítulos del libro llamado “La ardiente paciencia de un trigal”, fue para mí como una revelación, toda mi vida se ha manifestado así, como esa espiguilla de trigo.

“Hoy siembras un extenso trigal en la Pampa. Vuelves a la semana siguiente, y no se ve nada: parece que el trigo murió debajo de la tierra. Vuelves a las dos semanas y todo sigue igual: el trigo sigue sepultado en el silencio de la muerte. Retornas a las cuatro semanas, y observarás con emoción que el trigal, verde y tierno, emergió tímidamente sobre la tierra. Llega el invierno y caen toneladas de nieve sobre el trigal recién nacido que, aplastado por el enorme peso, sobrevive, persevera. Vienen las terribles heladas, capaces de quemar toda vida. El trigal no puede crecer, ni siquiera respirar. Simplemente, se agarra obstinadamente a la vida entre vientos y tempestades, para sobrevivir.

Asoma la primavera y el trigal comienza a respirar, más tarde comienza a escalar la vida lenta pero firmemente. Apenas se nota diferencia entre un mes y otro; parece que no crece.

Cuando vuelvas unos meses más tarde, con tus asombrados ojos, te encontrarás con el espectáculo conmovedor de un inmenso trigal dorado, ondulado suavemente por la brisa ¿A qué se puede comparar este espectáculo? Se parece a la esperanza. ¿De dónde viene esta maravilla? De las noches horribles del invierno. Por haber sobrevivido con una obstinada perseverancia, hoy tenemos este espectáculo que nos hace llorar de emoción.

No hay más. Cuando llegue la hora en que te parece que, en lugar de adelantar, retrocedes, el mensaje es uno solo: mantenerse de pie, sobrevivir, perseverar.

Cuando la sensación de inutilidad te envuelva como una noche, pensando que estás perdiendo el tiempo, cuando la helada de la aridez o la niebla del tedio te penetren hasta los huesos con ganas de tirarlo todo por la borda, resonarán en tus oídos las palabras del Maestro. Estén despiertos, velen y oren.

Solo los que perseveraren con una ardiente paciencia, probarán la miel de la victoria: en sus firmamentos habrá estrellas y en sus campos espigas doradas.”

     Ese día, comencé a darme cuenta de que nunca estuve sola, él siempre estuvo ahí, enviándome consuelo de todas las maneras posibles, diciéndome que, todo lo puedo en él, que es quien me fortalece, que no siguiera mis pensamientos, que me dejara llevar por él y su inimaginable voluntad, perfecta por demás.

      Y a partir de ese día eso hice, y aunque toda mi vida sentí los milagros en ella, esta vez tenía el “Plus” de no preocuparme por nada. Antes me preocupaba y sucedía, y luego de ese encuentro aprendí a no preocuparme y también sucedía. Era como si alguien abriera las puertas por donde yo pasaba. Sentí que cualquier cosa sería posible, si lo vivía en lo sobrenatural (lo real) y no en lo irreal (lo humano).

     Ese pequeño libro venía acompañado de un folleto de Jesús de la Misericordia, esa imagen se volvió milagrosa, luego de un tiempo de hablarle al folleto, increparle y hasta retarle, mis conversaciones se tornaron diarias y directas con él, su respuesta era inmediata, el fascículo fue el intermediario que utilicé para acercarme a él. Fue de una forma tan especial que por primera vez lo sentí como un padre, cambié mis oraciones repetitivas por las más increíbles tertulias diarias, desde cosas importantes hasta: ¿Qué te parece padre, esto que me dijo?, ¿Será que sí voy padre?, Padre, estoy pensando en…


TODOS LOS DÍAS ESTARÉ SUBIENDO UN NUEVO CAPÍTULO, HASTA COMPLETAR LOS 23 CAPÍTULOS DEL LIBRO.




sábado, 7 de enero de 2023

Algunas Reseñas (Review) del libro



Este libro me ha dado muy gratas sorpresas, cada día recibía una reseña de alguien que había leído el libro, y lejos de ese placer por la crítica hecha, me conmovía sobre manera porque más que reseñas eran testimonios de cómo, los capítulos había tocado la fibra más íntima de alguno de los lectores. Saber que tal vez estaba siendo un lapicito de Dios, como decía Teresa de Calcuta, que había alguien ahí afuera que necesitó una palabra y la recibió, es mi mayor gratificación. 

"Quien no vive para servir, no sirve para vivir" Esta frase, atribuida al célebre escritor indio Rabindranath Tagore, usada a menudo por Teresa de Calcuta, encierra el valor fundamental del ser humano que no es otro que sembrar, aunque sean otros quienes recojan y saboreen las cosechas. Dar lo que nunca te dieron a ti, es infundir fe y esperanza. Servir es ser como el árbol de sándalo, que perfuma el hacha cuando le hiere.

Agradezco a Dios por cada persona a la que le hizo saber que ha estado escuchando sus oraciones:

Isabella 

Hola tía, lo pude acabar, no te miento, sentí como la noche se ponía pesada y el tiempo me ponía trabas, trabas que yo misma imponía porque creo que de todas las personas creyentes de esta casa yo soy la menos creyente, al final contra vientos y mares me lo acabé, soy fiel testigo de que eres una mujer iluminada, muchas veces no entendía como hacías, eso se salía de mis pronósticos y mis creencias, hoy lo entiendo siempre has estado iluminada por la presencia de Dios, yo tengo un testimonio muy cercano contigo en el que estaba más chiquita y no tenía el poder para entenderlo, un día de mi cumpleaños estábamos en la casa muy mal económicamente no había ni siquiera para comprar un pastel y yo en mi pequeña cabeza de niña lo único que podía decir era ¿Será que Dios no me quiere?- Fueron pasando las horas y cada vez se hacía más tarde, cuando ya me estaba dando por vencida, entraste tú por la puerta con un pastel hecho por tus hermosas manos, fue el pastel más delicioso que me había comido en toda mi vida, ahora entiendo por qué, dios siempre estuvo guiando tus manos en todo momento, eres sin duda el pilar de fe más grande que he visto, te he visto o a veces ni siquiera te he visto, he escuchado tantas historias que siempre contaron de cómo te caías y siempre volvías a levantarte porque resulta que siempre estabas agarrada de algo más grande de lo que cualquiera de nosotros podía entender, me gusto cada uno de los capítulos, parte de esas historias siempre se habían escuchado en la familia, pero nunca relatadas por ti, por ejemplo hoy me doy cuenta de que eres lo que atraes, atrajiste a mi tío Luis Tomás que por lo que relatas también era un ser de luz, también pude entender en el capítulo de Ariadna que la muerte es más de lo que vemos, eso me lleva a un capítulo de mi vida en el que llegamos al velorio de Ariadna y tuve a una persona al lado diciéndome "Carolina con esto quedó loca, como puede estar tan feliz si acaba de morir su hija", a lo que carolina sin chistar luego de un rato le confesó a todos, que estaba tranquila porque los designios de Dios eran perfectos para ella porque de eso se trataba la fe, fe en la que nunca has dudado y por eso eres la persona que eres, estuve divagando la mayor parte de la noche con muchos fragmentos de tu libro, agradezco mucho tus palabras de anoche, de que desechara lo malo y tomara lo que era para mí, eso también fue un designio de Dios, porque me sentía atraída a tomarme a pecho partes que no eran para mí, en resumen porque creo que ya me extendí, fue un libro increíble, tu fe es una de las que más ha marcado mi vida, poder haberte leído fue una experiencia increíble para mí, fue un libro realmente hermoso, te amo muchísimo.

Joel 

Te debo tanto aprendizaje y tanto en mi crecimiento personal y leer esto me llenó tanto que reviví muchas cosas bonitas y recuperé más aún la confianza en mí. Mucho éxito con eso y ojalá llegue a la mente de muchas personas. Bendición tiita. Te amo. Saludos en casita.


Leo

Titi después de mucho leer y llorar hasta las 2 am entendí que tú eres la administradora para las palabras que tanto tiempo lleva Dios diciéndome y que yo no he logrado comprender, llevo meses sumergida en un ciclo ansioso depresivo del cual ninguna de las bondades de mi vida lograba sacarme y ayer entendí que estos sentimientos no me pertenecen que solo los siento porque he dejado entrar la duda a mi vida y he dejado que mi fe se tambalee pensando demasiadas cosas que no son mis decisiones, sino las de Dios, es complicado entender los procesos de Dios y dejarse llevar por el trayecto sin sentir a veces que todo es demasiado lento o no encontrarle sentido para nada a lo que está sucediendo y hacerse mil preguntas y querer meter la mano para apresurarlas, pero la verdad es que mi vida siempre ha sido comandada por él y en sus perfectos tiempos han sucedido todos mis anhelos, así que anoche después de leerte decidí que voy a desconectarme de estos pensamientos y obrar guiada de Dios como siempre debió seguir siendo y dejaré de preocuparme por cosas que no están en mi papel, anoche fue la última vez que lloré por cosas que me preocupan y ahora lloro pidiéndole perdón a Dios por haber dejado que esto fuese más grande que mi fe, te amo gracias por ese pedazote de libro que tiene toda la mano de Dios en él, tenía tiempo sin sentirlo tan cerca y pude estar con él, abrazados las casi dos horas que me tomo leerlo.

Ale

Ya leí tu libro, me lo goce, lo lloré, lo internalice y repase escrituras que si bien había leído, las tenía allí en estado dormido. Leerlo fue como tenerte al frente cerca de mí y echarte de menos más que de costumbre. No es fácil debatir testimonios cuando provienen de vivencias y menos cuando son llevados de la mano de Dios, son historias enriquecedoras una a una, fácil lectura y enganchadora, hemos recorrido caminos a ratos muy similares y en épocas diversas, hemos enriquecido nuestra fe, hemos dudado y reflexionado en círculos algunas veces y descubierto hasta con asombro cuando fue que llegó y se quedó ese entendimiento para con Dios, ese reconocimiento de su presencia en nuestras vidas, esa paz bonita y sin límites, caminar por esta senda donde al final lo que ves es pura Luz, gracias, me reconocí en todas tus historias y lo reconocí a él. ¡Dios, definitivamente eres pícaro!! ¡Mi respuesta llegó clara y diáfana!


Adriana

Por muchas razones este libro se ha convertido en mi preferido, no solo porque he sido testigo de muchos de estos testimonios, leerte siempre ha sido un gran placer en mi vida, es maravilloso, gratificante, inspirador el poder pasearse por esos lugares tan profundos de tu mente, tus ideas, historias y secretos me han ayudado muchas veces a entenderme como ser humano, mujer, e hija. 

Debo reconocer que tu vulnerabilidad, tu resiliencia, esa forma de enfrentar la adversidad, me ha resultado impactante en ocasiones y difícil de entender en otras, son muchos los caminos difíciles que has transitado, en algunos de los capítulos tuve que hacer largas pausas para lavar mi cara, tomar agua y secar mis lágrimas, no pude dejar de imaginarme abrazándote como si fueras mi niña de 3, 10, 15, de 30 años o más, aquella niña o mujer a la que sentí la gran necesidad de haber ayudado a contener en tanto dolor, pero es que ni en el día a día nos dejas tiempo de hacerlo, en un abrir y cerrar de ojos ya esa difícil situación has transformado en Bendiciones. En ese entonces, ahí estabas de nuevo, llena de vida, de amor. 

Sí que has sabido como aliviar tus cargas, has sido generosa, humilde, has vivido en abundancia, has estado tan atenta a las señales de Dios y has caminado firmemente de su mano.

Gracias por compartir tus testimonios, tu fe y las maravillosas historias que has vivido de la mano de tu mayor aliado, por sembrarnos esa semilla de querer también ser otros pescadores de milagros, por enseñarnos a identificar cada uno de ellos por más pequeños que sean, por querer hacer el camino más leve para todo aquel que te conozca, muy claro nos queda tu inmensa e inquebrantable fe en Dios. 

Este es sin duda un gran legado de ti para tus hijos, nietos, familiares, amigos y para todo aquel que desee deleitarte con tus historias.

Way to go Mom!!


Tere

Querida Maribel, quería agradecerte y felicitarte por tu hermoso libro, Leerte ha sido para mí, sentir que te tenía cerca y hasta podía imaginarme tu voz. Me emocionó mucho leer mi nombre en tu libro, muchas gracias por involucrarme en tu historia de vida, te aprecio mucho, Dios siga usando tu valiosa vida, sos una gran mujer de Dios que tiene mucho para dar y para contar. Gracias por tu generosidad, mi amada amiga, cariños a la familia, te quiero y te llevo en mi corazón. Bendiciones.

Dilia

Comencé a leer y me emocionó mucho tu mención de mi mami con su "Dios proveerá", siempre he admirado tu entereza y manera de afrontar la vida, ahora sé tienes el mejor compañero en el camino "Dios". Dios me ha dado serenidad y entendimiento para aceptar, ahora lo entiendo.


Dios nos consuela en todos nuestros sufrimientos para que también nosotros podamos consolar a quienes sufren, dándoles el mismo consuelo que recibimos de él.  2 Corintios 1:4

Preliminares del libro

A ti, Padre celestial, gracias por esta vida que me diste, te reconozco en cada paso de mi vida; en cada hijo, cada nieto, cada hermano, cada sobrino, en mis padres, en toda mi familia y en cada persona que pusiste en mi camino. Quiero dar testimonio de tu bondad y ternura conmigo, de lo que tú has hecho con mi historia y puedes hacer con cualquiera que crea en ti. 

Te doy gracias de todo corazón; me alegro en ti.


Señor, que tu tiempo sea mi reloj

Y tu voluntad, mi camino.





CONTENIDO


1. La ardiente paciencia de un trigal

2. Tus planes no son los míos

3. Como me convertí en una mujer de abundancia. Dios  

          proveerá

4. El que hiere es porque está herido. Pon la otra mejilla

5. Las imágenes y mi nueva relación con Dios

6. Dios no tiene humor negro

7. Tienes lo que tienes que tener

8. Un silbo apacible y delicado ¿Qué haces aquí Maribel?

9. Marta, Doña Florinda y yo

10. El Reconocimiento

11. ¿Por qué tienen tanto miedo?

12. Levántate Maribel y resplandece

13. Resiliencia

14. La perspectiva divina

15. No fui yo quien te visitó

16. Justicia divina

17. Dios te complace en todo lo que le pidas

18. ¿Qué quieres que haga por ti?

19. Tu tesoro está escondido en el duro suelo donde estás 

20. ¿Los muertos salen?

21. Crea tu propia realidad

22. Cuando el dolor toca tu puerta

23. Mi vida, una vida de milagros



PRÓLOGO


Cuando tus ojos ven oscuridad, pero tus oídos escuchan esperanza…

“Vivimos por fe, no por vista. Así que nos mantenemos confiados…”

2 corintios 5: 7-8.

     No fue sino hasta que falleció mi segundo esposo cuando me hice consciente de los milagros que ocurrían en mi vida, siempre ocurrieron, pero no fue hasta entonces que me di cuenta, mi vida era una cadena de sucesos sobrenaturales, comencé entonces a dejar todo en manos de Dios y a conducirme por Fe. Sin importar lo que vieran mis ojos, el milagro se estaba realizando, podía sentirlo y vivirlo, poniendo toda mi certeza en que, El Señor lo haría, me imaginaba tocando su túnica y pidiéndole cualquier cosa, lo creía y ocurría por FE. Todo tenía dos caminos; el irreal (humano) y el real de la Fe (sobrehumano).

     Y fue así que, a pesar de no tener dinero, vivía en abundancia, a pesar de tener tantos hijos y nietos, podía estar presente en la vida de todos.

     Decidí escribir mi encuentro con Dios y una vida sobre lo natural para mis hijos, nietos y cualquier otra persona que tenga la oportunidad de leerme, para decirles en mi propia voz que, Dios existe y es un Dios de milagros, no hay nada que no puedas lograr si crees y tienes FE, no hay nada que no puedas hacer de su mano. Y sus planes siempre serán mejores que los nuestros. Mis planes ese día eran morir de tristeza y hambre, (mi esposo había muerto y yo no trabajaba) pero él tenía un proyecto para mí y los míos.

     Entendí que donde mis ojos ven perdidas, Dios ve ganancias. Aprendí a vivir en lo sobrenatural, lo divino, a esperar siempre en él, sus planes siempre fueron mayores a los míos, mientras yo soñaba con conseguir un “trabajito” para mantener a mis hijos, Dios estaba pensando en proveerme el sueño de mi vida, “Una librería”. Mientras yo quería morir de tristeza, él planeaba darme alegrías. 

     Aprendí a no preocuparme por aquello que he de comer, beber o vestir, a vivir por FE y no por vista. Cuando tengo planificado algo y esto no sucede, en lugar de lamentarlo, puedo ver la mano de Dios en ello.     

     Intento con mis testimonios, aliviar el camino de mis hijos y nietos por esta vida, aunque también sé, por experiencia, que nadie puede cargar la mochila de otro, tendrán, al igual que yo las tuve, sus propias enseñanzas y ni siquiera al tiempo de ellos, sino al tiempo de Dios, la idea entonces es que entiendan que cuando algo no sucede como lo deseamos o hasta cuando algo sucede y no lo habíamos deseado, es Dios actuando en nuestras vidas, y su voluntad es perfecta. 

     Esto no es más que lo que he estado diciéndoles a lo largo de sus vidas en cada situación que han tenido que afrontar y de la que han salido airosos.

Una vida de Milagros


Luego de años de subir contenido a este mi blog: "Amado Dios" sobre mis encuentros con Dios y una vida sobrenatural, decidí transformarlo en un libro, lo autopubliqué en Amazon, quería compartirlo con todos ustedes los que me leen, pero en Amazon exigen un precio y por más mínimo que quise ponerlo, no estaba a gusto al tener que cobrar por transmitirles lo que Dios ha hecho conmigo durante toda mi vida, lo que me ha enseñado y por lo que no he tenido que pagar un solo peso. 

Mi idea era dejar un legado a mis hijos, nietos y cualquier otra persona que leyera estos testimonios. Decirles en mi propia voz, que Dios existe y que es un Dios de milagros, que no hay nada que no puedas realizar si crees y tienes FE, que no hay nada que no puedas lograr de su mano. Y que sus planes siempre serán mejores que los nuestros. Mis planes ese día eran morir de tristeza y hambre, (mi esposo había muerto y yo no trabajaba) pero Dios tenía otros para mí y los míos.

Entendí que donde mis ojos ven pérdidas, Dios tiene para mi ganancia. Aprendí a vivir en lo sobrenatural, lo divino, a esperar siempre en él, porque sus planes siempre son mayores a los míos.

No pretendo ser una guía de vida, pero si una referencia, de alguien que creyó en sus promesas y por creer con Fe ciega en su palabra, todo se hizo más llevadero. 

Y no significa que no me sucediera nada adverso, por el contrario, la mayoría de mis testimonios son acerca de como sobrelleve las adversidades de su mano, con esa paz que sobrepasa todo entendimiento y que espero tú puedas sentir mientas la vida ocurre.

Te invito a leer por esa vía, en este tu blog cada capítulo que contiene el libro "Una vida de Milagros"