domingo, 16 de abril de 2023

Capítulo 9. Marta Doña Florinda y Yo.

 "Mi mamá se parece a Doña Florinda" esta frase la pronunció mi hijo Juan, un día que fue a visitarme y yo estaba tendiendo una ropa que acababa de lavar; Doña Florinda es ese personaje de la vecindad del Chavo, que nunca tiene tiempo de quitarse los rollos de la cabeza por que siempre está tendiendo ropa, ocupada en los quehaceres de su casa y consintiendo a su hijo "kiko".

     Cuando mi hijo me dijo así, he de reconocer que me molestó un poco y hasta pensé -como no me voy a parecer a Doña Florinda, si es que aquí más nadie hace nada, sino yo-

En fin, pasó el tiempo y cada vez que estaba guindando ropa o limpiando, la frase venía a mi memoria "mi mamá se parece a Doña Florinda" y no fue sino al tiempo que entendí, por qué esta frase retumbo tanto en mi cabeza y por qué también, al principio me molestó.

Mientras hacía mis oficios conversaba con Dios , interrumpiendo de vez en cuando, para atender el timbre, o el celular, sin concentración,  le decía que tenía tiempo sin saber de él, que lo sentía lejos, que ya no me hablaba como antes, que hasta me estaba sintiendo vacía, que sentía que mis días pasaban uno detrás del otro atropellados, sin "pena ni gloria" como decía mi mamá, y escuché otra vez la frase: "Como no te vas a sentir así si te la pasas como Doña Florinda" yo no me he alejado de ti, tu eres quien se aleja, estas todo el día, de arriba para abajo, limpiando, lavando, cocinando, tendiendo ropa, atendiendo a tus hijos, nietos y no es que esto sea malo, lo malo es que te ocupe todo el día, por qué no delegas en el resto de la familia, a cada uno sus ocupaciones, quieres hacerlo todo tu sola, ¿ te acuerdas de Marta?"

     Lc 10:38-41: «Aconteció que, yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.»

Estas dos mujeres, ambas verdaderas discípulas del Señor, eran hermanas de Lázaro, amaban a Jesús y Él las amaba entrañablemente. A lo largo de los evangelios se pueden ver experimentando importantes vivencias con el Señor.

     No es que Marta haya sido menos espiritual que María. Tampoco es que aquélla haya estado indiferente a la Ilustre Visita ¡No! Pues, lo doméstico a lo que Marta se estaba dedicando era para atender a Jesús, así le estaba sirviendo en esa ocasión, esa era su ofrenda. Sus talentos estaban siendo puestos al servicio de Cristo.

     ¿Qué habrías hecho en esa situación, al ver a Jesús cansado y con hambre? Cada uno sirve al Señor con los propios recursos, recursos con los cuales Dios mismo nos dotó.

     Esto estaba bien, pero se afanó y en ello se excedió, otorgándole demasiado tiempo y fuerzas a su plan, tanto que al final amargó su corazón, pues se dedicó más a su ofrenda que a aquel a quien iba a ser entregada. Jesús sí valoró el trabajo y el amor de Marta, demostrados en su esfuerzo por atenderlo y satisfacer las necesidades del Maestro; pero todo tiene un límite.

     Me senté a reflexionar , estoy tan ocupada con los quehaceres de la casa, que ni siquiera estoy dejando tiempo para hablar más seguido con Dios, me parezco a Marta por querer agradar a Dios siendo ordenada y atendiendo mi hogar, me estoy excediendo y al final del día cuando ya no tengo nada que hacer y deseo conversar con él, me quedo dormida en medio de mi oración, , estoy ocupando mi tiempo en cosas que como bien le dijo a Marta Jesús: no me van a dejar nada, y no es mentira, yo limpio hoy y ya mañana hay que limpiar otra vez , lavo la ropa hoy y ya mañana tengo ropa sucia de nuevo, ¿Qué me queda de todo esto? absolutamente nada, o si, desgaste físico y hasta espiritual, el andar como una maquinita todo el día me deja en desolación, pues paso poco tiempo a solas con Dios, mi primer amor, lo único necesario, la buena parte y la que nunca me será quitada, ahora entendí lo que Dios me quería decir utilizando a mi hijo con su “chistecito” que al final resultó ser todo un mensaje. “mi mamá se la pasa como Doña Florinda", y no es que no deba hacerlo, es que debo distribuir mejor mi tiempo y mis tareas, y no excederme y dedicar todas las horas del día a lo que no me va a dejar nada. Ese día no le presté suficiente atención a su visita por andar de afanada.

     Luego de esta reflexión , conversé de nuevo con Dios, solté la escoba, la mopa de sacudir el polvo y me senté, cerré los ojos, le pedí perdón, le di las gracias por hacerme reflexionar y así hablé largo rato con él, luego tomé mi Biblia y está me llevó a Apocalipsis, pensé     - ya esto de las iglesias lo leí- y escuché como me decía vuelve a leerlo, que esta vez el mensaje es distinto, y así fue, acerca de las Iglesias y de la primera de las iglesias, el mensaje me impactó: “tengo en tu contra que has abandonado tu primer amor. ¡Recuerda de dónde has caído! Arrepiéntete y vuelve a practicar las obras que hacías al principio”. 

Entendí que en estos mensajes a las siete iglesias está resumido lo que el Señor espera de nosotros, somos esas siete iglesias, el Señor reconoce lo que hacemos, pero nos exhorta a completar y no abandonar su obra, es como un último aviso "Dichoso el que lee y dichosos los que escuchan las palabras de este mensaje profético y hacen caso de lo que aquí está escrito, porque el tiempo de su cumplimiento está cerca." Apocalipsis 1-3. y yo perdiendo mi tiempo en excesos, como Marta.


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