Amado Dios...
Mamá de 5 hijos y abuela de 7, mi trayectoria como escritora no está más que, en cuadernos y notas adhesivas, en mensajes de textos, en algún blog y en los 140 caracteres de un Twitter. Hasta ahora no había publicado ningún libro, hoy decidí con mis testimonios de vida, dejar un legado a los míos, en el que pretendo dar testimonio de mi encuentro con Dios y como mi vida se transformó en una Vida de Milagros.
viernes, 29 de noviembre de 2024
No mires atrás. Dios no obra en el pasado
miércoles, 27 de diciembre de 2023
Estoy cansada Señor.
Cúantas veces no hemos tirado la toalla y de rodillas le hemos dicho al señor, ¿Sabes qué? estoy cansada, no doy más, siento que estoy perdiendo hasta la fe.
"Cansado estoy de mis gemidos; todas las noches inundo (de llanto) mi lecho, con mis lágrimas riego mi cama". Salmo 6:6
Si estás en esta situacion, sintiendo que ya no tienes fuerzas, no te sientas mal por eso, hasta el propio Jesus desfalleció en el huerto de Getsemaní, antes de ser traicionado, arrestado y enfrentarse a la agonía de su muerte.
Jesús ora tres veces al Padre: "...si es posible, pase de mí esta copa..." (Mateo 26:39). La "copa" es una referencia simbólica al sufrimiento y la angustia que Jesús iba a soportar. Jesús tendría que beber toda la copa y, sabiendo lo amargo y difícil que sería, ora para que la copa pase de Él, si es posible. En la misma oración, Jesús dice: "pero no sea como yo quiero, sino como tú", lo que muestra Su disposición a beber la copa en su totalidad y Su total sumisión a la voluntad de Dios ( Filipenses 2:8).
Ser totalmente divino no eximió a Jesús de experimentar la agonía de la muerte.¿Podría completarse el plan de salvación de Dios de otra manera? Los acontecimientos que ocurrieron después de esta oración demuestran que no había otra manera. La única manera de ofrecer la salvación y la redención a la humanidad era que Jesucristo, el sacrificio perfecto, experimentara plenamente el juicio de Dios contra el pecado.
Pero éste no es tu caso, Dios no te está exigiendo un sacrificio como ese, porque ya Jesús lo hizo.
Lo que sí puede estar pasando, es qué, tu circunstancia actual obedezca a su plan perfecto para ti, y no es que Dios necesite de tu sufrimiento, solo que a veces eso que nos duele y atormenta es necesario para poder avanzar en su propósito, ahora no lo comprendes pero podras verlo cuando pase.
Dios permite que se alejen de nosotros personas, trabajos, cosas y todo lo que, aunque en apariencia te está funcionando medianamente, estorba para los planes perfectos que Él tiene para ti.
Dios tiene planes buenos para ti; no son planes para que falles o seas derrotada, sino para que «prosperes». No son planes regulares o mediocres sino que son «buenos, agradables y perfectos» (Romanos 12:2). Pero Dios no forzará sus planes en ti sino que necesita de tu cooperación. Este momento por el que estás pasando es un paso en el camino al proposito que Dios tiene para ti.
Suelta tu carga y confía en su voluntad por demás perfecta, no tienes que sacar la fe de donde no la tienes, si es que la perdiste por un momento, no tienes que hacer nada, solo abandonate y permite que Dios restaure tu fe y te comience a mostrar lo que tiene para tí.
Ya sea que la reparación que necesitas se encuentre en tú corazon, finanzas o relaciones, Dios siempre tiene un plan para sanar y restaurar. Aunque no conozco los planes exactos de Dios para mi futuro, sí sé que Él es bueno, y creo totalmente que restaurará mi corazón y que mi vida están en Su lista santa de cosas pendientes. Coloca la tuya en su lista y espera con paciencia, que el sabe lo que necesitas mejor que tú.
Nuestra entrega total y fidelidad siempre abrirán la puerta para que Dios inicie tu proceso de restauración.
Escribe tu nombre en la Vara .
"¿Qué es lo que tienes en la mano?" preguntó el SEÑOR- Una vara respondió Moisés.
Éxodo 4:2
Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen. Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco.
Éxodo 14:15-31.
El Señor le dice a Moisés que porque clama a Él, si ya tiene la autoridad, que lo único que tiene que hacer es actuar en su nombre y tomar la autoridad sobre cualquier cosa que se este oponiendo en el camino del pueblo del Señor. Vemos que Dios paró en seco la prédica de Moisés. Lo que Dios le estaba diciendo es:
“Ya basta de palabras, Yo sé que tu crees, pero AHORA ES TIEMPO DE ACTUAR. De mostrar esa fe en obras, de nada sirve creer, si no vamos a actuar, no actuar por fe, es no tener fe, la fe se demuestra actuando, no existe la fe sin obras. Hay un tiempo para creer, y un tiempo para actuar. Si no actuamos en el momento que viene la fe, esa fe se convertirá en incredulidad y dureza de corazón.
El Señor le preguntó a Moisés ¿Qué es lo que tienes en la mano? y Moisés en ese momento tenía una vara, el señor le demostró que con esa vara podía dividir el mar. ¿ Qué es lo que tienes en la mano? ¿Con qué cuentas? de que herramienta te dotó el Señor? que don te dio el Señor?
Utilízalo y también podrás hacer lo que Moisés. El Señor nos da a todos el poder de hacer cosas, de lograr imposibles, él solo te pregunta ¿Que tienes en la mano? ¿Con que cuentas? Revisa cuales son tus herramientas, usa eso que tienes a mano en ese momento y conviértete en el héroe de está profecía.
Eso fue lo que hizo Moisés, cuando escuchó el mandato de fe extendió su vara y el mar se abrió en dos, los hijos de Israel pasaron en seco, pero los egipcios murieron ahogados.Si tu has oido la Palabra, y la fe ha crecido en tu corazón, es el momento que actúes en ella. Tu recibirás las cosas que deseas de Dios. Moisés escuchó la predicación de Jesús; luego creyó, y en tercer lugar actuó en la Palabra de Dios.
Moisés, como pastor, tenía una vara en la mano cuando pastoreaba ovejas en el desierto esta vara más tarde se conoció como la vara de Dios, un símbolo de la autoridad que Dios le dio a Moisés.
Esta misma vara sostenida por Moisés demostraba su autoridad en acción. La vara de Dios en la mano de Moisés. Se convirtió milagrosamente en serpiente, y luego volvió a ser vara (Éxodo 7:9-10). Convirtió las aguas del Nilo en sangre (Éxodo 7:17). Provocó plagas de ranas (Éxodo 8:5), piojos (Éxodo 8:16-17), granizo (Éxodo 9:23) y langostas (Éxodo 10:13). Fue alzada sobre el Mar Rojo cuando iba a ser dividido (Éxodo 14:16). Se elevó en oración sobre Israel en la batalla victoriosa (Éxodo 17:9). Golpeó la roca y trajo agua (Números 20:11).
Escribirás el nombre de cada uno sobre su vara.Y las pondrás en el tabernáculo de reunión delante del testimonio, donde yo me manifestaré a vosotros. Y florecerá la vara del varón que yo escoja, y haré cesar de delante de mí las quejas de los hijos de Israel con que murmuran contra vosotros.
Florecerá la vara del varón que yo escoja: Esto no solo sería obviamente una señal milagrosa; el florecimiento de la madera muerta hablaba de dar fruto. Dar fruto –dar fruto milagrosamente.
Asi que alza tu vara...actúa, pon en obras tu fe, conviértete en el héroe de la profecía.
Señor ¿Porqué no estás haciendo nada?
¿Son tan puros tus ojos que no puedes ver el mal; no te es posible contemplar el sufrimiento? ¿Por qué entonces toleras a los traidores? ¿Por qué guardas silencio mientras los impíos se tragan a los justos? Le preguntó Habacuc al Señor en el capítulo 1 versículos 13 y 14.
El profeta Habacuc era un hombre con un corazón tierno, sensible, que detestaba ver como la ilegalidad se generalizaba impunemente. Le desagradaba profundamente ver a la gente inocente que era amenazada, explotada, ignorada y destruida. Y al dirigirse a Dios se preguntaba: ¿Por qué no estás haciendo nada para evitar esta situación tan injusta?
Esa misma interrogante profirió el autor del Salmo 73, versículos 2 y 3, al decir: "En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies, ¡por poco resbalaron mis pasos!, porque tuve envidia de los arrogantes, viendo la prosperidad de los impíos". Este hecho estuvo a punto de apartarle de su fe, ¿por qué no estaba Dios haciendo nada al respecto?
Así como Habacuc y el salmista, en
ocasiones, aun sin increparlo de frente por temor, muy en el fondo de nuestros
corazones, está esa pregunta que le hizo Habacuc al Señor ¿Por qué habrá tanta
injusticia si existe Dios? Palabras más, palabras menos.
El Señor respondió a la pregunta de Habacuc con una corta y contundente frase: "El justo por su fe vivirá" (Habacuc 2 - 4). El siempre nos responde como lo hizo con Habacuc, que confiemos en él y sigamos sus preceptos.
Pero la respuesta del Señor solamente aumentó la confusión del profeta sin darse cuenta de que su fe, se estaba poniendo a prueba.
¿Piensas que no estoy haciendo nada? Le dice el Señor más adelante, "Yo no estoy contemplando al mundo desde una perspectiva lejana. Estoy muy implicado en lo que está ocurriendo", le responde. Dios está actuando de una forma soberana en el universo. Él está haciendo algo en todo momento. Y continuó diciendo en el "Porque haré una obra en vuestros días, que, aun cuando les contara, no la creerían". Dios le estaba diciendo al profeta que cuando le dijera lo que estaba llevando a cabo, le iba a resultar difícil creerlo. Termina el capítulo con las alabanzas de Habacuc al Señor.
Así, esas mismas preguntas que tienes en tu corazón, serán respondidas en su tiempo. Dios sí, está haciendo algo en tu vida, sí, sí, está mirando todo eso que te afecta a diario y muchas veces te hace dudar de él, increparlo y hasta envenenar tu corazón por esta causa, amargarlo y responder con ira, insensatez y soberbia. Te invito a creerle al Señor, te asombrará porque hará en ti también una obra en tus días que, aun cuando te lo contara, no le creerías.
Habacuc 1 versículo 5 “Mirad entre las
naciones, y ved, y asombraos; porque haré una obra en vuestros días, que aun
cuando se os contare, no la creeréis”.
Capitulo 23. Mi vida, una cadena de milagros
Como seres humanos nacemos insertos en un mundo, en un país,
en una comunidad. Muchas veces, la idea de “formar parte” sólo queda referida a
“hacer uso” de lo que ello nos brinda, sin tomar conciencia de nuestro rol en
relación con su progreso, bienestar y equilibrio, entre otras.
Tenemos la posibilidad de actuar, incidir, contribuir,
sobre el medio en que vivimos, de ser ciudadanos no sólo para tener beneficios
de habitar en un lugar con sus privilegios sino, para responsabilizarnos sobre
lo que, en nuestro medio ocurra, pensar gratuitamente en contribuir al
bienestar de otros, aun cuando no los conozcamos, es lo que ha hecho le diferencia
en nuestras vidas.
Estoy convencida de
que los milagros que nos suceden, son un eslabón para unirnos a otros, yo
recibo y doy, así funciona.
Lo veo a diario en ustedes, mis hijos, cuando hablamos y me cuentan su día a día, compruebo cómo están comprometidos con el bienestar de otros, con cada gesto, cada decisión que toman en pro de los demas.
Agradecida y en paz me siento con esta familia que Dios
me dio. Lo que más aprecio y me da mayor tranquilidad, es tener la certeza de
que saben que dar y recibir van unidos, que es el movimiento natural de la
abundancia, dar equivale a crear, porque están permitiendo que esa paz y dicha
continúe su camino obrando milagros en sus vidas y la de otros.
Y esto lo siento desde que era niña, ahora entiendo la
famosa “caravana” de mi papá, cuando íbamos a algún lado en varios carros, ese
ver el uno por el otro, que hace que hoy día, a pesar de la distancia mis
hermanos yo estemos siempre presente en la vida del otro, que cuando algo
sucede se abra ese chat “Hermanos Martínez” y comenzamos a brindar ese apoyo
para solventar cualquier situación.
Mi abundancia viene de
ese lazo de amor que heredé. Y que pude transmitir a mis hijos. Tan bendecida
me siento que, todos los días me sale del alma darle las gracias a Dios por
esta vida que me dio. Mirar cómo se insertan en esos lazos milagrosos que nos
unen.
Siento que mi vida es perfecta con todo y las pérdidas y
los sufrimientos, porque está conducida por Dios, y ese Dios está en la vida de
cada uno de nosotros, como Padre, guía y sostén. Ustedes han aprendido a dejar
que sea Dios quien mueva los hilos de sus vidas, saben que sus planes son más
grandes y mejores que los nuestros. Han aprendido a esperar en sus tiempos, con
su paciencia, a ver cómo se desarrollan los hechos con la certeza de que lo que
viene será glorioso, y forman parte preciada de su creación.
Capítulo 22. Cuando el dolor toca a tu puerta
El dolor no se minimiza enfrentándolo, no cesa llorando. Es un malestar gradual que pone en juego conceptos como la desesperanza, la frustración, la rebelión, el malhumor, la inquietud, la incomprensión. Este dolor no se calma. Es un proceso que está ahí, que sigue, pero que si no se controla te orilla irremediablemente a la incomprensión de tu situación y a acciones no siempre buenas. El dolor es una realidad tan evidente como el amor, tan plena y profunda como el querer a alguien.
El peor dolor
al que he tenido que enfrentarme en mi larga vida ha sido el de la enfermedad y
partida de mi nieta Ariadna. Un día cualquiera le apareció un pequeño bulto
debajo de las costillas, esa pelotica convirtió su vida en constantes visitas
al médico, exámenes, imágenes, cirugías, tratamientos. En su larga estancia en
el hospital las rodeaba gente con otras cirugías, otros tumores, otras edades,
lesiones similares a las de ella, que irremediablemente te hacían entrar en el
juego de la comparación. - ¿Cuánto tiempo llevas?, ¿Qué te paso?, ¿Te ha funcionado?
-
Enseguida se
coló por un huequito la desaliento y cuando la desesperanza aparece en la vida
hay pocas cosas que te pueden ayudar, la mayoría de las cuales no logran
reanimar el espíritu. Cuando en cuestión de minutos caes en cuenta de que tu
vida, tan llena, cambia de manera abrupta para dejarte en un sinsentido
aparente, ¿a qué puedes recurrir? Al perder el rumbo de la vida, tan
perfectamente organizado y dirigido, por tus intereses personales, por la
imposición de un mundo que nos somete a sus exigencias superficiales, y tener
que enfrentar una realidad que nunca pensaste vivir ni en la peor de tus pesadillas.
Con este
testimonio específico me queda muy claro que la Fe y la oración son los ejes
que mueven verdaderamente nuestras vidas, son éstas quienes se mantienen
fielmente a tu lado y son quienes te reconfortan y te dan las fuerzas
necesarias para salir adelante de la pesadilla que con ninguna otra “ayuda”
podrías haber superado.
Sin embargo y
para nuestra fortuna, tanto la fe y esa amistad íntima con Dios, que es la
oración, no la venden en ninguna tienda, solo se consigue con la perseverancia
diaria y con el convencimiento de que es Dios nuestro Señor, el verdadero
camino para resistir y para decidir avanzar a pesar de. Es necesario dar el sí,
un sí lleno de compromiso para poder descubrir el amor incondicional que nos da
a todos pero que no todos vemos o no queremos ver por distintas circunstancias.
Un sí que implica constancia y aceptación de su voluntad, un entregarnos en las
manos de nuestro creador y que conlleva a un “hágase en mi según tu palabra” y
actuar en consecuencia, con la confianza que un hijo le tiene a su padre, sin
más cuestionamientos.
Es una
lección difícil de olvidar una vez que lo has vivido, si lo pudiéramos entender
sin que nos suceda ningún percance, nuestras vidas y nuestro mundo serían muy
distintos.
El desarrollo que quiero hacer de estos
sucesos, va dirigido a una sola interrogante, ¿El porqué de un evento tan dramático?
No es lógico, ni humano, ni justo en toda la extensión de la palabra, vivir un
evento tan traumatizante y no poder sacar conclusiones concretas para aplicar
en la vida y más injusto si esas conclusiones no las transmites a otros, es por
eso que hoy a años de estos eventos decidí escribir esto, tratando de entender
los mensajes que Dios quiso expresar en su singular y misteriosa pedagogía de
vida.
Convencida de
que una fuerza sobrenatural es el orquestador de nuestras acciones y por muy
independientes, seguros y confiados que estemos en nuestras vidas, existen
situaciones que por más preparados, si no reconocemos la autoridad y
magnificencia de Un Todopoderoso, nos vamos a derrumbar y todas nuestras
seguridades y garantías de bienestar se desmoronarán cayendo en la vorágine de la desesperanza y
frustración del vernos impotentes e
incapaces de enfrentar la situación por nosotros mismos.
“Todo lo
puedo en Cristo que me fortalece” como Pablo, ese ha sido una de las máximas
que ha marcado este camino para mí, para mi hija y mi familia. Si no llegamos
al punto de reconocer nuestra miseria física y entendemos que por mucho que
ahondemos en la ciencia y las seguridades que el Mundo nos ofrece estaremos
completamente vulnerables a los reveses del destino y no seremos capaces de
enfrentar los misterios que nos guarda la vida, no vamos a poder con su penosa
carga. En minutos todo te puede cambiar, las ideas que pasan por tu mente
pueden adoptar una nueva perspectiva repentinamente.
¡Qué
contrastes!, Cómo cambian los horizontes de un minuto a otro. Hoy tienes todo y
mañana no, y solamente con este sentido grave de temporalidad, de instrumento,
de administrador de los bienes recibidos, pero no dueño, solo así, puedes
encontrar respuestas más concretas y validas en la vida.
Debo
puntualizar que la relación con el Todopoderoso, no es de – me hiciste, ahora
te hago -, ni tampoco de castigo o incluso como algunos lo proponen de fichas
de ajedrez donde Dios se divierte con nosotros en el juego de la vida. La
concepción de Dios hacia nosotros los hombres es de hijos y padres y el
denominador común es el AMOR, y por descabellado que suene, lo de mi nieta fue
una muestra infinita de amor.
Hay que estar
atentos a la gracia que tenemos. Es imprescindible que enumeremos todo lo que
Él ha querido que administremos, salud, trabajo, amor, y una vez reconocido
agradecer. A todo esto, le debemos incluir el ingrediente de temporalidad
dirigiéndonos al Cielo con un rezo similar a esto. Sí, Dios mío, tengo los bienes,
pero solo mientras Tú quieras que los administre, si en algún momento tengo que
perderlos, dame la fuerza para seguir.
No creo que estuviera mal lo que yo hacía con mi
familia. El punto que creo había omitido, al menos yo, era el creerme garante
de todo y de todos. Yo garantizo que todo estará bien, yo garantizo la comida,
la ropa limpia, el cariño…y no, no era así, a pesar de mis presumidas
garantías. ¡Zas ¡pasó, ¿En qué momento me descuide? ¿Qué hice mal? en ningún momento, no hice nada mal, salvo el
creerme la garante de todo, omnipotente. Y es que resulta que definitivamente
nada depende de mí, sino del creador y su perfecta voluntad.
El practicar la humildad en la vida cotidiana
entendiendo que soy afortunada en poder decidir una u otra cosa, y entender que
no dependen de mis los resultados sino más bien saberme la administradora.
Cada vez que
me refería al milagro de las cirugías del Dr. Castellanos en mi nieta, y cómo
había salvado su vida en tres oportunidades mi hija me corregía, “Dios mamá, no
el doctor” Finalmente lo resumí en el sentido de administradores, entendí la
indiferencia que le da a Dios a los protagonismos. El Doctor Castellanos fue el
administrador de esa gracia de Dios, el fungió como el actor de ese milagro
cuyo guion fue obviamente de Dios.
La terapia
intensa durante incontables meses, años que tuvo que soportar mi nieta y por
ende mi hija, fue una escuela de enseñanza. El dolor, la incomodidad y el yugo,
solo lo llevaron ellas, su realidad no se compara con la de ningún otro, no se
mide con la de nadie porque el dolor es como el amor, exclusivo para cada
persona, ¿el dolor la quimio?, ¿Es bueno este doctor? -, y empiezas a echar
culpas a incompetencia médica y a agentes externos que no puedes controlar.
Pero la
situación común que tiene el dolor físico como el dolor racional es la
desesperanza.
Nada tiene comparación con el hecho de sobrellevar un
dolor del alma, una angustia de no entender el futuro, una llaga supurando al
no tener esperanza. El dolor físico es algo puntual, el dolor del alma es y no
es al mismo tiempo. El dolor en el espíritu enajena, te deja completamente
desarmado porque no sabes contra que estas luchando. El dolor de tu esencia es
una derrota anticipada que comienza con el final.
Con estos
agravantes que padecían mi hija y mi nieta, comenzó una experiencia rica y
apasionante de nuevos conceptos, claros y lacerantes como agujas incandescentes
que me enseñaron a entender la vida con otra perspectiva más sabia. Con el
dolor a cuestas puedes ver cuán débil y miserable eres, entiendes la ficción
del bienestar comprendiendo el malestar, viendo que el sentirse bien es la
ausencia de dolor y lo que realmente existe y evidencia tu realidad es la
proporción de dolor en tu vida. Al dolor se le lleva a cuestas y lo entiendes
solo cuando lo puedes elevar.
Lejos de entender el dolor como algo que te hace menos y
del cual no puedes sacar conclusiones sabias en tu vida. Lejos de hacerlo a un
lado y evitarlo a como dé lugar, Mi hija me enseñó que en el dolor hay
respuestas muy profundas a todos los acertijos de la vida y, compensa la
balanza tan gravemente decantada por el bienestar y el placer instantáneo.
La felicidad
cuesta, está compuesta de entrega y dolor y no podemos descomponer el binomio
porque el resultado no sería el mismo. Estamos nerviosos buscando la
erradicación del dolor, de saltarnos ese aderezo y aun así disfrutar la
ensalada.
Seguramente
sonara ambiguo y hasta sin sentido muchas de mis posturas aquí descritas, sin
embargo, ver el dolor de esta manera enriqueció mi vida y dio un sentido a mis
sufrimientos.
Recuerdo que cuando comenzó todo, muchas
personas al enterarse de la condición de mi nieta y enfrentarse al panorama
nada promisorio, lejos de animar a mi hija, se ponían a llorar desconsolados y
en ese momento quien fortalecía y animaba a todos era precisamente mi hija. Los
invitaba a que tuvieran Fe y que el resultado pues era lo de menos, la entrega
ya estaba hecha.
La lección
aquí es clara, reconocer nuestra categoría de hijos de Dios y nuestra miseria
como promotores de nuestro destino. Sentir tristeza o congoja es relativo,
porque eso es un estado de ánimo, pero la confianza de que se ha hecho lo
correcto, esa tranquilidad, solo se puede con la Fe. Recuerdo las palabras de
mi hija mientras mi nieta estaba en el quirófano “Señor, tú ya proveíste el
cordero” ella estaba segura que el cordero no sería su hija, yo por mi parte
estaba tranquila, sabía que se haría su voluntad y ese sentimiento nunca me
llenó de angustia, sino todo lo contrario de esperanza. No cabe duda que la
práctica hace al maestro, y el terreno de la Fe y la renuncia es igual de basto
como pudiera ser cualquier otro.
Muchas veces
creemos que el protagonista es el que sufre más, el que se lleva las lecciones
de vida y absorbe unilateralmente las gracias, sin embargo, en eventos como
estos hay múltiples enseñanzas, recuerdo las palabras del doctor, respondiendo
a su ciencia nos regaló una detallada descripción de lo sucedido en el
quirófano. Se tenía una ruta trazada para abordar el tumor y lo que se hizo fue
algo completamente diferente, no por falta de profesionalismo sino más bien por
algo sobrenatural. Cuenta como sentía que las manos eran dirigidas por Alguien
más, que las instrucciones brotaban en el momento firme y claro, no
preconcebido no obstante adecuado y exitoso. Un hombre deslumbrado por el
conocimiento, la ciencia y entregado al oficio más reconocido de la humanidad,
percibió un mensaje de Fe y según nos contó luego esto marcó su vida.
Sabemos que
Dios no habla, no se sienta contigo a tomar un café y charlar de forma
interactiva como lo haría cualquier amigo. Dios escogió un lenguaje
infinitamente más rico y pleno, un idioma que abarca los cinco sentidos a la
vez e incorpora un sexto que integra y armoniza el mensaje. El alma es el
recipiente donde bebes el agua que de otra forma se te cuela por los dedos. Los
mensajes de Dios son tan claros como tu propia existencia. Dios grita en
susurros, constantes y repetitivos todos los instantes de la vida.
Con estas
experiencias empiezas entonces a encontrarte sorprendiéndote de lo grande que
eres cuando eres generoso, cuando das lo que más cuesta, cuando vas más allá,
cuando renuncias a ti mismo y te abandonas en Él. Llegas a capitalizar la
importancia única e intransferible de tu misión en la vida.
Uno de los grandes
pilares a los cuales tuve que aferrarme, que me llenaron de luz y esperanza
para sobrellevar esta situación y que Dios puso desde siempre en mi camino, fue
la cantidad de seres queridos que estuvieron a nuestro alrededor. Y ahí es
donde me cuestiono ¿Quiénes son los verdaderos millonarios en este Mundo?,
definitivamente aquellos que tienen familia, amigos y que cuando necesitas de
ellos están prestos a demostrarlo.
Otro ejemplo
claro fue la gran solidaridad que se mostró con cadenas de oración, y demás
demostraciones de Fe que existió alrededor de mi nieta en todo el mundo. La
solidaridad, el cariño y la abnegación de mis seres queridos, cuando los
problemas nos nublaron el horizonte y mermaron la esperanza fueron un abrazo
fraterno y el canal para encontrar la luz. Las acciones que no se dijeron, pero
algún día se descubrieron y se presentaron más nobles y frescas que en el mismo
momento de realizadas, o simplemente el estar, dan una fuerza impresionante que
te invita día a día a salir adelante.
Estas
acciones no solo sacan como fruto vencer el problema inmediato, sino que
generan otra reacción importantísima para poder ser consecuente con lo
recibido. Esta es la responsabilidad de decirlo, el compromiso de gritar a los
cuatro vientos que tú, que hoy lees esto, fuiste decisivo en este proceso que
nos tocó vivir y que estamos en deuda moral contigo. Entendí con todo este
proceso el misterio del dolor y la desesperanza como luz, para encontrar el
verdadero camino.
Tú entorno, la
gente que te rodea como instrumento de apoyo, consuelo y compromiso. Y por último
que no somos garantes de nada, no somos los que garantizamos el futuro de
nuestros hijos, ni los que les evitamos nada ¿O sí? no, claro que no, porque no
somos omnipresentes, ni omnipotentes no somos Dios.
Mi nieta partió, luego de haber permanecido en remisión
un buen tiempo, sucumbió ante una epidemia de Salmonella, que, aunque activó el
tumor de nuevo, fue ella y no el tumor quien tuvo la última palabra, nos
cuidábamos de un tumor, batallábamos con él y de pronto se coló una
insignificante intrusa y terminó con su vida física.
La respuesta a esto, no la tengo. Solo Dios sabe por qué
y para qué, yo solo sé que tengo una hija fortalecida, que pasó por un dolor
que solo el que lo sufre puede dimensionarlo, es un túnel oscuro que pasó sola,
sin la compañía de nadie, no es posible por más buenas intenciones que
tengamos, acompañarla por ese angosto y agónico camino. Lo bueno es que al
final encontró la luz.
No solo mi hija, la familia toda se fortaleció, se unió
más, valoró más los encuentros, los abrazos, el estar presente y sobre todo lo
necesario e imprescindible de contar con el amor y la compañía de Dios en todo
momento.
Quisiera decirles que, si creen en Dios, nada malo les
va a suceder, que no tendrán pérdidas ni sufrimientos, pero no es así, lo que
si puedo decirte es que en todas ellas estará contigo, te va a fortalecer, que,
sin él, quedarás a mitad del camino y tal vez no logres atravesar el túnel.
Lamentablemente, el sufrimiento es parte de la
experiencia humana. Las pérdidas son parte de la vida, y la aflicción es una
respuesta natural a la pérdida. Pero tenemos la esperanza de Dios, y sabemos
que Él es lo suficientemente fuerte para llevar nuestras cargas. Podemos
entregarle nuestro dolor porque Él cuida de nosotros. Podemos encontrar
consuelo en el Espíritu Santo, nuestro Consolador.
Aprendí con esta experiencia que ningún ser humano,
llámese médico, o madre en mi caso, puede garantizar nada, Dios es el garante
de la vida y yo solo soy el administrador.
Que el sufrimiento es un misterio, que no nos ha sido
revelado, pero que es más fácil pasar por él de la mano de Dios, cualquier cosa
que diga será dudoso; que si son pruebas, que si el sufrimiento es para
fortalecernos, que si Dios lo permite, o si lo causa. No me pertenece la
verdadera causa del sufrimiento porque simplemente es un misterio, solo me ha
sido revelado que es con sus fuerzas que puedo seguir de pie.
No tiene explicación humana el que una niña sana, que
solo quería vivir y ser feliz, tuviera que pasar, por tanto. Que una madre
feliz con su princesa tuviera que verla padecer de la manera más cruel que
pueda existir, ¿Tendría esto una explicación racional? No, no la tiene.
¿Permite Dios, pudiendo impedirlo que cosas como estas sucedan así sea para
glorificarse? No, tampoco lo creo, creo que él sufrió junto a sus hijas.
Lo que si pude ver fue como Dios actuaba, pude sentir su
presencia en todo momento, lo vi en el testimonio del médico, contando como
Dios dirigía sus manos en la cirugía y lo conminaba a hacer cosas que no había
pensado hacer, por ejemplo. Pude ver en el sufrimiento ese mensaje de
compasión. Vi la compasión en acción, tantísima gente desbordada a esta causa.
Vi mensajes de unidad, pues fuimos todos uno alrededor de su sufrimiento, tanta
gente alrededor del mundo unidas en oración. Un evidente mensaje de consuelo,
fuimos consolados por él y consolamos a otros, lo que nos permitió avanzar y
estar hoy día de pie y reconfortados.
Capítulo 21. Acciona el poder que Dios te dio y crea.
Aprende a crear, aprende a accionar ese poder de quien
te hizo a su imagen y semejanza, y dejó todas las instrucciones dentro de ti,
nadie tiene nada que decirte o aconsejarte, tu solo escucha esa voz interior
que no es otra que la de su santo espíritu hablándote al oído, para date
dirección.
Nada irreal existe, nada real puede ser amenazado
El temor paraliza, cambia la realidad siempre, esos “Y
si” tan difíciles de erradicar, de cambiar por la certeza, de aquello que se
espera pero que no se ve.
Tengo muchos testimonios, pero el más reciente, fue el
de ver a uno de mis hijos omitir esos “y Si” por la certeza. Generalmente
cuando te anuncian un embarazo “el deber ser” es dejar pasar tres meses antes
de hacerse ilusiones, incluso antes de celebrar, vivir esos tres meses
angustiados atesorando sin querer la posibilidad de que algo no esté bien, es
entonces pasados esos tres meses que puedes estar “seguro” de que él bebe
nacerá, porque luego vienen los restantes meses de incertidumbre por el temor
de que algo pase con él bebe, el parto, la mama.
Mi hijo compró la cuna de su bebe, a tan solo semanas de
saber que vendría al mundo, y la armó, a los tres meses y luego cuando
tuvieron la revelación del género,
adquirió la ropa del niño, en ningún momento, dejó pasar un hilo de temor,
pensando que algo pudiera salir mal, fue tal su confianza que creó lo que quería
, ser padre de nuevo y no le dio la posibilidad a otro pensamiento, a otro
escenario.
Ese es solo un ejemplo, y uno de los más difíciles de
aceptar. Si te preguntara en este momento ¿Comprarías la cuna de tu bebé, a tan
solo semanas de enterarte del embarazo y la armarías? ¿Cuál sería tu respuesta?
Esta es la parte más difícil y más necesaria, accionar
esa fe ciega, ese poder creativo que Dios te dio y que usualmente no utilizas,
somos como ese IPhone al que no le activamos todas las funciones y solo nos
beneficiamos de lo básico.
Dios nos dotó de todo ese poder para crear, la única
condición es que no tuviera una sola grieta de dudas, en eso consiste el poder
de Dios, es difícil, pero cuando lo practicas. Puedes constatar que si puedes
crear de su mano esa realidad que quieres.
Capitulo 20. Los muertos no salen
¿Los muertos salen? ¿Hay almas en pena? ¿O espíritus vagando?
“Porque los que viven saben
que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su
memoria es puesta en olvido. También su amor y su odio y su envidia fenecieron
ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol”.
Esto quiere decir que los que han muerto no pueden
tener, ni tienen ningún tipo de relación o contacto con los que estamos aquí en
la tierra. La Biblia enseña que los que han muerto no tienen más parte con los
que estamos aquí en la tierra como vemos en Eclesiastés 9:5-6.
Los cananeos consultaban a los espíritus y a los muertos
con la esperanza de obtener poder y de predecir los eventos futuros. Esta
práctica es una abominación ante Dios y es la razón por la que los cananeos
fueron expulsados de esa tierra. Israel recibió la advertencia de no imitar a
los cananeos, pues de lo contrario ellos sufrirían una pena similar.
El contacto con los muertos no es cierto porque, los
espíritus de los muertos no pueden comunicarse con los vivos. Sin embargo, es
una práctica muy común, cuando un familiar fallece, que la persona quiera
comunicarse con él a través de “médium” una especie de intermediario que sirve
de intercomunicador con el más allá.
Mi mamá tenía una amiga que decía hablar con los
espíritus de los que ya no estaban en este plano, yo era muy pequeña y no se me
permitía estar en estas sesiones de “espiritismo” en las que mi mamá anhelaba
comunicarse desde el más allá con la suya. Me escondía para ver todo lo que
sucedía, y podía detallar como la señora Elba (la médium o intermediaria)
“entraba en trance” y comenzaba a temblar como si de un ataque de epilepsia se
trabara y cómo cambiaba la voz para generar el supuesto mensaje. Mi mamá casi
siempre acababa con la conexión por el miedo que le daba.
¿Con quiénes se están comunicando, entonces, los médium
y espiritistas? Si efectivamente están comunicándose con un ser espiritual, lo
más probable es que sea un impostor cuya verdadera intensión sea engañar. La
Biblia siempre prohíbe la práctica de la necromancia.
Algunos seguramente intentarán defender la necromancia
señalando el pasaje de 1 Samuel 28. Aquí Saúl pide a la adivina de Endor que
llame a Samuel de la tumba. El espíritu de Samuel se levanta y anuncia un
mensaje profético a Saúl. Las opiniones de los estudiosos bíblicos están
divididas con respecto a este relato.
Cualquiera sea el punto de vista que uno defienda, es
claro que este versículo no nos alienta a consultar con los médiums. Saúl en
este momento de su vida estaba fuera de la voluntad de Dios y debido a que el
Espíritu de Dios le había abandonado, no podía recibir palabra de Dios.
Desesperado, y siguiendo una constante en su vida, desobedeció a Dios, y sufrió
las consecuencias. Este relato de Saúl nos enseña una lección y no es un
ejemplo que debamos seguir.
Un minuto después de la muerte ¿Qué sucede con nuestro
último aliento? La Biblia nos enseña lo que habrá de ocurrir. En primer lugar,
nuestra alma y espíritu inmaterial se separan de nuestro cuerpo físico. 2 corintios 5:8 dice: "Así que nos
mantenemos confiados y preferiríamos ausentarnos de este cuerpo y vivir junto
al Señor".
No habrá demora en un estado de inconsciencia al que
muchos denominan "sueño del alma”. Estaremos de inmediato ante la
presencia de Dios. En segundo lugar, el alma en el cielo se perfecciona en
santidad, y desaparece por completo nuestra antigua naturaleza pecaminosa. Hebreos 12:23 menciona "los espíritus
de los justos que han llegado a la perfección". Los espíritus de los
santos están en el reino de los cielos y han llegado a la perfección. La lucha
contra el pecado que describió Pablo y en la cual participan todos los
cristianos finaliza para siempre cuando, después de la muerte, entramos en
nuestra condición glorificada.
¿Entonces, qué pasa cuando se nos aparece un muerto?
Cuando morimos nuestro cuerpo se vuelve polvo, pero nosotros no solo
somos cuerpo, también somos espíritu y la escritura enseña, que el espíritu
sube a Dios. Así que no hay espíritus vagando por este mundo ni almas en pena
esperando algún tipo de descanso.
Bueno ya sabemos que no son de Dios estas apariciones,
primero porque no dan paz y todo lo que viene de arriba es bueno, da paz, da
sosiego. Yo recomiendo que cuando esto suceda te pongas a orar e invocar la
presencia del Señor, ignorando por completo dicha aparición, ya verá que pronto
desaparece porque la Biblia dice en Santiago
4:7 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Y por
diablo entendemos ese pensamiento negativo e inquietante.
Deuteronomio
18:10, 11 dice: Nadie entre los tuyos deberá sacrificar a su hijo o hija en el
fuego; ni practicar adivinación, brujería o hechicería; ni hacer conjuros,
servir de médium espiritista o consultar a los muertos.
Capitulo 19. Tu Tesoro está escondido donde estas acostado
“Hay un porvenir cuando lo que ahora constituye tu dolor será tu gloria.
Nada más triste para Jacob que la tierra sobre la que dormía con una piedra por
almohada. Era la hora de su pobreza. Era su noche oscura. Era el momento de
ausencia de su Dios. El Señor estaba allí y él no lo sabía. Despierto de su
sueño, descubrió que el día de su prueba era la aurora de su triunfo.
Pregúntales a los grandes del pasado
cuándo empezó su prosperidad y te dirán: comenzó en el frío suelo donde dormí.
Pregúntale a Abraham y te indicará
hacia el monte Moria.
Pregúntale a José y te orientarás
hacia su calabozo.
Pregúntale a Moisés y te mostrará el
cesto flotando sobre el Nilo.
Pregúntale a Rut y te darán deseos
de hacerle un monumento en
los campos donde trabajó con tanto
afán.
Pregúntale a David y te dirá que sus
cantos salieron de la noche.
Pregúntale a Job y te dirá que Dios
le respondió desde un
torbellino.
Pregúntale a Pedro y enaltecerá su
sumersión en el mar.
Pregúntale a Juan y te mostrará el
camino de Patmos.
Pregúntale a Pablo y atribuirá su
inspiración a la luz que lo dejó
ciego.
Pregúntale a uno más solamente, al
Hijo de Dios. Pregúntale cuándo comenzó a reinar sobre el mundo y te
responderá: “Cuando estaba sobre el frío suelo en Gestsemaní; allí recibí mi cetro.”
¡Tú también, alma mía, puedes ser laureada en Getsemaní! La copa que quisieras
pasará de ti, será la que te corone en el dulce porvenir.
La hora de soledad te coronará. El
día de depresión te festejará. Tu desierto romperá a cantar. Los árboles de tu
selva silenciosa son los que aplaudirán. Las cosas postreras serán primeras en
el dulce porvenir. Las espinas serán rosas. Los valles serán montes. Lo curvo
será línea recta. Los surcos serán tierra plana. Las sombras serán resplandor.
Las pérdidas serán ganancias. Las
lágrimas serán peldaños de oro. La voz de Dios en tu noche te dirá: Tu tesoro
está escondido en el terreno donde estas acostado”
Autor: George Matheson citado por Manantiales en
el Desierto.
Reflexionando sobre este relato a todos nos ha tocado
colocar la cabeza en algún duro suelo, reconforta saber que, justo ahí está
escondido nuestro tesoro. Mis hijos,
nietos y yo abandonamos nuestro país, nuestras comodidades, nuestro hogar,
nuestro trabajo, para comenzar de nuevo en otro país, y no todos en el mismo,
unos en Estados Unidos, otros en Argentina, en Chile.
Absolutamente todos redujimos nuestras vidas a escasas 2
maletas de 23 kilos cada una, tuvimos que comenzar y reinventarnos en otras
tierras, pasar por procesos incluso denigrantes, como no recibir la paga luego
de un día de trabajo que hacías, días de caminar repartiendo hojas de vida,
viendo como los pocos ahorros que te llevaste se vuelven ínfimos, títulos
engavetados para hacer aquello que nunca imaginaste, cuando te paraste en ese
pódium a recibir los honores académicos. Tener que repartir más de doscientos
paquetes diarios para ganarte el sustento. Aceptar una paga injusta por no
tener el permiso de trabajo. Y no se trata de que tu oficio ahora signifique
menos, es solo que debiste dejar de lado las expectativas, planes y metas que,
tenías hasta ahora y para lo que creíste que habías nacido.
Pero Dios siempre estuvo ahí, a tu lado, viendo esa
metamorfosis que sufrías de la que saldrías fortalecido y con una nueva vida,
comprobando que cuando pasas por terrenos complicados él ha hecho brotar agua
de tus desiertos, haciendo un hermoso estanque y cuando en ti todo era
sequedad, lo convirtió en manantial.
Dios estuvo todo el tiempo con tu recompensa en la mano,
para entregarte tu trofeo, esa, tu nueva vida en cualquier lugar que estés,
porque él no creo ningún límite y ninguna frontera, donde quiera que estés te
permitirá florecer.
No tuviste de otra que levantarte y accionar tu fe,
basada en pruebas y recibiendo eso que siempre te ha dicho que obtendrás si
eres fiel, “Siervo fiel, en lo poco me fuiste fiel, en lo mucho te pondré “Solo
era cuestión de tener una conducta, que manifiesta, que no solo crees lo que él
ha prometido, sino que lo accionas, accionas esa fe que para nada es ciega...
Y cuando pases por terrenos complicados tienes ahora la
seguridad de que juntos puedes manejar cualquier situación, las experiencias de
enfrentar con éxito los tiempos difíciles, hace que cada vez que mires atrás,
solo pueda ver cómo Dios te ha ayudado en las tormentas y como has salido
airoso.
Ese duro suelo donde dormiste definitivamente escondía
bajo tu cabeza tu gloria futura, ese lugar en el que ahora estás u el que
irremediablemente llegarás algún día
Capitulo 18. ¿Qué quieres que haga por ti?
Ya Jesús conoce nuestras necesidades…
Él, se
detuvo para ver qué quería el mendigo ciego que él hiciese. Es necesario qe
sepamos cuándo algo es importante, qué es lo que más necesitamos al hablar con
Dios. El Señor sabía que Bartimeo era ciego y, ¡Qué pregunta! — ¿Qué quieres
que haga por ti? El ciego contestó: — ¡Maestro que pueda ver ¡No le pidió ni
comida ni dinero; ¿Por qué? Porque este hombre había oído de Jesús y sabía
suficiente de Él como para pedirle lo que más necesitaba en ese momento.
Si el Señor se acercara a ti. Como me ha sucedido a mí
tantas veces o como le pasó a Bartimeo y te pregunta: ¿Qué quieres que haga por
ti? O mejor: ¡Pídeme lo que quieras! ¿Qué le pedirías hoy? Teniendo en cuenta
que el Padre Amado desea darte los deseos de tu corazón y que realmente lo que
te está diciendo es ¿De qué tienes hambre
y sed? ¿Qué quieres beber y comer de Mí? (Juan 7:37-39 y Juan 6:35.)
Algunas veces el Señor me ha dicho: “Maribel, pídeme lo
que quieras, y yo al igual que muchos tengo deudas, compromisos, uno que otro
quebranto de salud, ¿pero voy a gastar en estas cosas temporales mi oportunidad
de pedirle algo a Jesús? El conoce mis necesidades, no tengo que pedirle por
ellas, es más son necesidades por mi ceguera, por no poder ver que todo está a
mi alcance si pudiera ver con los ojos del alma, sé que lo importante, es mi
conversión, mi crecimientos espiritual , mi fe, del resto de mis asuntos él se
está ocupando, pero estas cosas que le pido, sin mi disposición no me las podrá
dar, él solo no puede, es por eso que debo pedirle que quite mi ceguera, que me
salve, no que me sane y es por eso que él me pregunta ¿Qué quieres que haga por
ti? Para que sea yo la que identifique lo que quiero, no para él saberlo, él ya
lo sabe.
Si Bartimeo hubiese pedido dinero al Señor, seguramente
que hubiera continuado sentado junto al camino ciego y perdido, y con unas
cuantas monedas en el bolsillo; pero la convicción del Espíritu Santo estaba
sobre él por la presencia de Jesús. Por eso Bartimeo fue sano y libre, camino
con Jesús y recibió su recompensa.
Jesús le dijo:
—Vete. Tu fe te ha salvado. Al instante recobró la vista, y seguía a Jesús en
el camino.
Se salvo porque siguió a Jesús, sin esa conversión no
hay salvación Jesús obró en su persona un cambio tal, que no sólo se puso en
camino para salir de su mal, sino que se puso en camino para seguir ¡Al
Camino!, o sea, a Jesús mismo.
Aquel ciego, para algunos molesto y gritón, nos dejó sin
embargo una regia lección: Para curarse su mal supo a quién acudir y como lo
que pidió lo hizo con plena fe, en sus ojos sombríos volvió de nuevo a brillar
la luz, se paró y siguió el camino, Jesús es el camino.
Al igual que este mendigo ciego, podemos reconocer la
llamada de Jesús que pasa a nuestro lado, y que nuestro grito de misericordia
abra en nosotros el deseo de salir de nuestro mal, de levantarnos, y ponernos
en camino para que Jesús nos pueda sanar, salvar y así poderle seguir.
Cualquiera de nosotros que necesite sinceramente ayuda
para curar esa "ceguera", sea cual sea, y acuda a Jesús con
confianza, tendrá la misma respuesta que Bartimeo. Sus largas noches, oscuras y
sombrías volverá a cubrirse de luminosas estrellas.
Capítulo 17. Dios complace tus pensamientos
Hace 3 años
cuando aún vivía en Venezuela, vi una tele serie chilena llamada "Pobre
gallo”, ambientada en una comuna pequeña en Linares, "Yerbas buenas",
recuerdo que me extasiaba viendo sus paisajes, el pueblo con sus plazas, las
tradiciones, sus bailes (la cueca), las casas de madera, con sus estufas y esos
terrenos enormes con árboles frutales alrededor de ella.
Recuerdo
también como con cada capítulo suspiraba y pensaba en voz baja: " Si
pudiera vivir ahí ". Hoy estoy viendo de nuevo la tele serie pero aquí en
Chile y si bien es cierto que no vivo en Yerbas Buenas, pude disfrutar de todo
eso en una comuna con las mismas características llamada "Ñipas", en
una casa con los mismos paisajes las mismas cualidades, donde llegó parte de mi
familia cuando emigraron de Venezuela. A veces me da miedo desear y soñar
porque Dios me lo cumple " al tiro" como dicen aquí.
Mientras la
veía por primera vez en Venezuela nunca me pasó por la mente que Dios me
cumpliera ese deseo también.
Aquí estoy
disfrutando de ese maravilloso paisaje y de este país con esa rica cultura y
tradiciones.
Efesios 3:20
"Y a aquel
que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o
entendemos, según el poder que obra en nosotros"
Jeremías 17:10
Yo, el SEÑOR,
escudriño el corazón, pruebo los pensamientos, para dar a cada uno según sus
caminos, según el fruto de sus obras.
Desde el
anhelo más pequeño hasta el más grande que crees imposible está en los planes
de Dios para ti. Tal vez te ha ocurrido que piensas cosas que, para ti, son insignificantes,
pero sin embargo quisieras que sucedan, como por ejemplo ¡Cuánto quisiera
comerme una rica torta, pero justo ahora no tengo el dinero, trataré de
regalarme esa merienda para la próxima!… Resulta que no has terminado de
pronunciar la frase cuando llega alguien con el pedazo de torta que querías.
(mi hija Carolina y yo tenemos muchos testimonios de estos)
Es posible que
esto lo veas como algo trivial, pero es que Dios nos consiente en lo que
queremos, lo único que necesitas es saber que no es casualidad que tuvieras en
tus manos esa torta, tu Padre se encargó de regalártela. Y como la torta, todo
lo que le pidas y hasta lo que sueñes y no pidas, con la certeza de que es El
quien provee, si no llegó es porque no estaba alineado con sus planes. cuando
logras esa conexión divina y no humana con Dios puedes andar viendo cómo se
abren puertas y fluyen ríos de agua viva. "El que cree en mí, como dice la
Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva" y no me refiero solo
a o material, por, sobre todo, la paz y la fortaleza para andar.
Salmos 37:4
“Deléitate
asimismo en Jehová, y Él te concederá las peticiones de tu corazón.”
Salmos 20:4
Que él conceda los
deseos de tu corazón y haga que todos tus planes tengan éxito”. ¡claro! siempre
que esos anhelos estén alineados a la Palabra de Dios.
Por esta
razón es importante que Dios cumpla nuestros anhelos, pero “conforme sea su
voluntad” y pedirle a Él que nuestro corazón sea como el de Él, bueno, puro y
agradable.
Capítulo 16. Justicia Divina , Cómo funciona y cómo cree la gente que funciona.
Yo tenía una
vecina que solía decir: "Yo he de ver la justicia divina" cuando
alguien le hacía algo malo, era como una especie de "castigo
personal", de "Venganza", con la que ella juzgaba y condenaba.
Nunca la escuché decir como buena "cristiana”: "voy a exhortarla a
proceder bien, voy a ayudarla a salvarse" por ejemplo. Muchas personas
suelen actuar así, y hasta se preguntan ¿Y cuándo es que le va llegar la
justicia divina? cuando alguna persona hace algo malo.
Y es que Dios
no actúa como un juez frío y severo, que solo quiere sentenciar a los que
actúan mal, todo lo contrario, debemos verlo como ese padre justo,
misericordioso, amoroso, y firme cuyo único objetivo es salvarnos.
"No ha hecho
con nosotros conforme a nuestras iniquidades,
Ni nos ha pagado
conforme a nuestros pecados”. Salmos 103:10
Debemos estar
agradecidos de que la justicia divina sea mucho más que dictar sentencias y
castigar a los que actúan mal. Dios nos trata así porque su justicia no se basa
en la condena, sino en la salvación.
Dios no está
sentado en un trono, en cielo, anotando en una lista negra a los que actúan
mal: "Este fue el que agredió a la vecina del 11", "Éste fue el
que no le devolvió el saludo a aquel ". No existe tal lista negra, Él no
pierde el tiempo de esa manera, no anda persiguiendo a sus hijos para ver
cuando caen y condenarlos.
Dios está
planificando nuestras vidas según sus propósitos como lo hizo con Pablo, que lo
persiguió hasta el cansancio, y que, según la mente humana habría sido mejor
que Dios le aplicara esa "justicia divina " en la que muchos creen,
lo condenara y fin de Pablo.
Pero no
ocurrió así Dios se le acercó y le preguntó:
Pablo, Pablo, ¿por qué me persigues? El respondió: ¿Quién eres, Señor? Y
la voz respondió: Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Pablo reconoció su error,
se convirtió a la fe cristiana y fue uno de sus apóstoles y llevó el evangelio
por donde iba.
Con Cristo se
entra en un Reino de amor, de justicia y de paz. De repente, esta justicia
adquiere un rostro muy particular, el de Jesús. Y la justicia de Dios, que
podría parecernos una justicia abrumadora que nos cae encima, toma el rostro de
un hombre herido, que pone sobre sí "esta injusticia" librándonos a nosotros
de ella.
Queda claro
entonces que la justicia tal como muchos la entienden, en el sentido de que los
malos son castigados y los buenos recompensados, no es la "Justicia
Divina".
No se trata
de ver la justicia de Dios como un acto condenatorio, sino todo lo contrario,
verla como un misericordioso acto de amor, de salvación. El Señor continuamente
nos ofrece su perdón y nos ayuda a acogerlo y a tomar conciencia de nuestros
errores para poder liberarnos. Porque Dios no quiere nuestra condena, sino
nuestra salvación. ¡Dios no quiere la condena de nadie!
Todas las
palabras de Dios son un llamado lleno de amor que busca nuestra conversión. Es
esto lo que el Señor dice por medio del profeta Ezequiel: "¿Acaso deseo yo
la muerte del pecador … y no que se convierta de su mala conducta y viva?"
Esta es la
justicia Divina: Un corazón de Padre que ama y quiere que sus hijos vivan
haciendo el bien, amando al prójimo y por ende en justicia. Un corazón de Padre
que va más allá de nuestro pequeño concepto de justicia para mostrarnos lo
ilimitado de su misericordia.
Capítulo 15. No fuí yo quién te visitó
Reflexionaba
acerca de algo que me ocurrió, y desde que pasó, no pude dejar de repetir en mi
mente estas palabras: “No fui yo quien te visito”. Estaba en mi hogar con la
chica que me ayuda a limpiar y teníamos todo revuelto, sillas patas arriba,
muebles arrinconados, en fin, todo el escenario típico de quien “limpia a
fondo” su casa. Sonó el timbre, y cuando me asomé a la puerta era una persona,
a la que decidí un día no invitar más a entrar a mi casa, ¿la razón? Cada vez
que lo hacía me dejaba inquieta, no traía paz a mi hogar sino todo lo
contrario, y no escuchaba mis exhortaciones acerca de que si lo que iba a decir
no era agradable, no edificaba y no construía, no debía decirlo, por lo que
decidí no escucharla más y mucho menos recibirla.
El caso es
que después de mucho tiempo, ayer de nuevo
toco a mi puerta, no pretendía dejarla entrar pero utilizo un recurso
seductor, una “llave maestra” manipuló
mi corazón diciéndome que se trataba de
una emergencia y no tuve corazón para dejarla afuera, así que le abrí ,
ella entró, consiguió una silla que no estaba volteada en medio del desorden y
se sentó, yo en vista de que no decía cuál era la emergencia seguí haciendo mis
labores esperando a que ella hablara, pues ni una cosa ni la otra, de pronto
ella rompe el silencio para decirme “Estás como María” refiriéndose al pasaje
bíblico: “Aconteció que yendo de camino,
entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Esta tenía
una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía
su palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres... Lucas 10:38-42.
Que dicho sea de paso no era María como me llamó , la afanada era Marta, pero yo entendí lo que
quiso decir, me sentí mal y hasta solté la escoba para escucharla atentamente,
pero seguía sin decir nada interesante, yo continué esta vez sí como Marta;
Cocinaba, cocía, limpiaba, total que se aburrió de verme limpiar y se fue como
vino sin nada edificante que comentar y no había tal emergencia.
Hoy después
de haber pasado un día reflexionando me di cuenta que ni yo estaba como Marta
ni era Jesús el que me había visitado, pero ¿A qué viene toda esta exposición?
A que no es la primera vez que me pasa, que alguien venga en nombre de Jesús a
reclamar mi atención, que alguien se valga de una investidura cristiana para
darle credibilidad y peso a sus palabras, entre las muchas veces que me ha
pasado, una de las más notables, me pasó también hace muchos años con un
pretendiente, cuya carta de presentación era que seguía a Jesús, y hasta una
columna en un diario famoso tenia que se llamaba “Las sandalias del pescador”
escribía cosas sublimes sobre Jesús y con esa llave maestra intentó atraer mi
atención por un tiempo, seducirme, hasta que me di cuenta de quién era
realmente, y era el mismo demonio disfrazado de oveja. Las sandalias del
pescador.
Muchos me dirán en aquel día: “Señor,
Señor... Y entonces les declararé: “Jamás os conocí; apartaos de mí, los que
practicáis la iniquidad.” Mateo 7:21-23. Este, es
uno de los textos más duros de la Biblia. Al final Jesús sentenciará a los
“hacedores de maldad”. La sentencia más horrible que alguien pueda escuchar es
que el propio Señor le diga: “Nunca os conocí…”.
Tenemos que
aprender a reconocer cuando alguien viene a nosotros en el nombre de Jesús, en
cualquier ámbito de la vida, como estos personajes que mencioné anteriormente,
a estos lobos hay que despojarles del disfraz de oveja, hay que quitarles esa
ropa, hay que aprender a identificar y reconocer al impostor:
Ataviados de
piedad: Y en eso consiste su engaño, porque al principio no vemos nada malo.
Nos puede seducir la forma de hablar, como cantan, como hablan de Jesús, y
hasta la forma cómo nos tratan. Todo esto pudiera ser parte de su ropaje y eso
dificulta conocer lo que llevan por dentro. El reto que tenemos por delante es
que podamos quitarles a los engañadores la piel de oveja, para que veamos al
lobo que está debajo.
Una falsa
espiritualidad: Para entender esto tenemos dos personajes Bíblicos: Caín y Abel
¿Cuál fue la situación de estos dos hermanos? Ambos vinieron al culto. Ambos
ofrecieron sus ofrendas. Ambos adoraron. Pero en uno, su ofrecimiento fue solo
para aparentar. Presentó el fruto de sus manos, pero no del corazón. Suelo decirles
a mis hijos que no se dejen deslumbrar por lo grande, que se fijen en el
detalle, ese que siempre se descuida y se deja al descubierto, esas pequeñeces
a las que el impostor no le pone el cuidado necesario, pues está pendiente de
lo que se ve.
Jesús era una
persona mansa, compasivo, humilde, empático, determinado, valiente, franco,
directo… Mateo 11:29. Me dejé engañar
momentáneamente, pero reflexionando me dije, pero si no era Jesús quien me
visitó y de paso ni siquiera tiene el carácter de Jesús como para ser un
emisario de él, y tampoco traía un mensaje como para hacer como María y
sentarme a escucharla, enseguida dejé de sentirme mal pensando que me había
portado como Marta. Con el “pretendido pretendiente”, pude quitarle el disfraz
de oveja pues lo que escribía no se correspondía con su actuar, trataba muy mal
a las personas que por alguna razón le servían, era soberbio... Definitivamente
no tenía el carácter de Jesús, todo lo contrario, era demoníaco.
"Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso
se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Mateo 7:15” y es muy cierto esta es otra manera de reconocerlos “por sus
frutos” ninguno de los personajes en cuestión tenía frutos, es más, son de esas
personas que pasa el tiempo y no aprenden nada, no les ves ningún crecimiento
espiritual, algo que resaltar, una mejoría en su carácter, algún camino
recorrido que haya florecido. En el renglón de los malos hombres, éstos no
pueden producir uvas ni higos. Lo que ellos al final producen son espinos y abrojos.
Esto es: mala hierba, cuyo resultado será ser llevados al horno para ser
quemado, si te fijas podrás ver esa maleza en lugar de frutos.
Cuando el
Señor se va acercando al final del Sermón del Monte, nos advierte sobre la
importancia de estar en guardia para no ser seducidos por los engañadores. Para
ello utiliza la figura de los “lobos vestidos de ovejas”. ¿Qué hacemos cuando al intentar entrar a una casa
vemos un letrero que dice “Perro bravo?”. Tendríamos que ser muy despistados para
no tomar en cuenta esa advertencia. Pero, ¿Y si en lugar de un perro encuentras
un lobo en el patio? ¿Saltarías la cerca para acariciarle la cabeza? ¿Obviarías
la advertencia de “ten cuidado” ¿La palabra “guardaos”, que usa el Maestro,
equivale a decir: “tenga cuidado”, “sea precavido” con ellos? Ellos vienen con
una vestimenta de oveja. La idea es que al vestirse así no despiertan
sospecha. Al vestirse como ovejas logran
que con su camuflaje no sean descubiertas sus reales intenciones.
Capítulo 14 La perspectiva divina
¡Aguanta un
poquito más, que ya vendrá el alivio! Cuando mires hacia atrás te darás cuenta
de cuántas bendiciones te ha dado el Señor y cobrarás fuerza en tu andar para
seguir luchando. El agradecimiento te llenará de gozo y entenderás que Dios
estuvo todo el tiempo a tu lado y te sostuvo de la mano en los tiempos más
difíciles.
Aprende a
confiar en la palabra de Dios. Porque “es imposible que Dios mienta, recibimos
un firme consuelo quienes hemos buscado la protección de Dios y hemos confiado
en la esperanza que él nos ha dado. Esta esperanza mantiene firme y segura
nuestra alma ...” (hebreos 6,18-19).
Pase lo que
pase, aunque las circunstancias sean adversas y la promesa pareciera nunca
llegar, debemos decir “Dios está haciendo algo” y llegará el momento en que
esto “Terminará” y podré experimentar sus promesas en mi vida. Todo pasa y esto
de ahora también pasará.
Imagino que
Daniel le diría: “Señor yo sé que estás ejecutando un plan, pero no entiendo
este cambio, necesito la perspectiva divina”, por eso miró las escrituras, para
ver cuál era la visión de Dios de las cosas. “Necesito que Dios me revele lo
que está haciendo” no se conformó con su visión desoladora.
Cuando Jesús
marchaba con sus Discípulos y les decía es necesario que el hijo del hombre se
muera que resucite al tercer día, y sale Pedro y dice, No permitas que tal cosa
te suceda y Jesús le dice, apártate de mí Satanás. Jesús tenía la perspectiva
divina de su sufrimiento.
Aunque nos
duela el sufrimiento, la perspectiva divina nos da la capacidad de avanzar. Si
estamos todo el tiempo quejándonos, es porque tal vez no tengamos la
perspectiva divina en nuestra vida.
Tengamos, pues, paciencia, como el
labrador que espera recoger la preciosa cosecha, que tiene que aguardar con
paciencia las temporadas de lluvia” (Santiago 5,7-8).
Dios nos
ayuda a sobrellevar la carga.
Ten en cuenta
la perspectiva divina: “Pide, y Dios te
dará, busca, y encontrarás; llama a la puerta, y se te abrirá. Porque el que
pide, recibe, y el que busca, encuentra, y al que llama, se le abre” (Mateo
7,7-8).
Aprendí a
diferenciar entre las perspectivas; la humana y la divina. Leyendo a Habacuc que
también aprendió esa lección. Cuando miró la vida desde un punto de vista
terrenal, le pareció que Dios era indiferente ante la maldad que invadía a la
sociedad (Habacuc 1:2-4). Pero el Señor le dio una perspectiva divina y le
mostró que la vida es más de lo que parece. Las
acciones de los seres humanos no pueden desviar los propósitos de Dios (2:3).
Ante cada
situación de duda, de pesar, de sufrimiento, siempre busco su perspectiva, la
divina, no es fácil, guiarse por lo divino, lo sobrenatural, pero es lo que me
da paz. Pienso Dios está haciendo algo y ese algo será para mejor y eso me ayuda
a estar confiada mientras se calman las aguas y ciertamente, al final ocurre el
milagro, siempre es para bien.